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Los precios al consumidor excluyendo los alimentos frescos aumentaron un 3,6% en la capital en noviembre, con un ritmo más rápido
La inflación de Tokio se aceleró más para alcanzar su ritmo más rápido en 40 años, una aceleración que sugiere que el crecimiento de los precios a nivel nacional también se acelerará en noviembre.
Los precios al consumidor excluyendo los alimentos frescos aumentaron un 3,6% en la capital en noviembre, con un ritmo más rápido impulsado por mayores ganancias en los precios de los alimentos procesados, según el Ministerio del Interior el viernes. La lectura fue la más alta desde abril de 1982 y superó el pronóstico de 3,5% de los analistas.
El ritmo acelerado de la inflación genera dudas sobre la opinión del gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, de que la actual inflación impulsada por los costos es solo temporal. Kuroda ha insistido en que el banco central continuará con la política ultralaxa para apoyar la recuperación de Japón de la pandemia.
Las cifras mostraron que los precios de los alimentos procesados subieron un 6,7% en noviembre, contribuyendo con alrededor de 1,4 puntos porcentuales de la inflación general para superar el impacto de la energía.
Unos 833 artículos alimenticios, incluidos los productos lácteos, experimentaron aumentos de precios en el mes, según una encuesta de Teikoku Databank . El informe también pronosticó que Japón se verá afectado por otra ola de aumentos de precios en febrero o marzo del próximo año, y se espera que aumenten los costos de otros 2.000 artículos.
Mientras tanto, los salarios reales han estado cayendo desde abril, lo que se suma a los factores que afectan el poder adquisitivo de los consumidores.
Para amortiguar el golpe al consumo por el aumento de los precios, el primer ministro Fumio Kishida elaboró un paquete de estímulo económico el mes pasado, parcialmente financiado por un presupuesto adicional por valor de 29,1 billones de yenes (US$210.000 millones).
Lo que dice la economía de Bloomberg
“De cara al futuro, vemos que la inflación subyacente ronda el 3,4 % en el 4T y luego se desacelera rápidamente en el 1T23. El yen débil debería continuar impulsando los precios de los alimentos procesados y otras importaciones. Pero los subsidios para respaldar los descuentos en las facturas de electricidad y gas a partir de enero podrían reducir la inflación subyacente del IPC hasta en 0,8 puntos porcentuales en el 1T”.
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