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Hoy es el cara a cara entre EE.UU. y China para tocar temas como aranceles y fentanilo
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Las primeras señales indican que Donald Trump y Xi Jinping preparan un pacto que podría suponer la reversión de algunos aranceles y restricciones a la exportación
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, se reunirán hoy en Corea del Sur en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, Apec, con el fin de reducir las tensiones bilaterales que enfrentan los países hace tiempo y establecer un nuevo marco de cooperación económica y geopolítica.
Este encuentro será el primer cara a cara entre los mandatarios desde la cumbre del G20 en Osaka en 2019, y, el primero desde que Trump regresó a la Casa Blanca.
Ambos gobiernos llegan a esta cita con la intención de alcanzar una tregua tras varios años de sanciones, disputas comerciales y restricciones tecnológicas que han afectado los mercados globales; por esta razón, la expectativa para el comercio mundial ha incrementado ya que, podría marcar el inicio de una etapa en las relaciones de las dos grandes potencias del mundo.
Sin embargo, pese a que ambos países llegan con la disposición de lograr acuerdos, cada uno tiene una serie de peticiones que pondrán sobre la mesa.
Washington y Pekín buscan dar fin a una guerra arancelaria que ha generado incertidumbre en los mercados; dentro de los principales que se tendrá en cuenta será la reducción de aranceles estadounidenses de 20% sobre algunos productos chinos estratégicos, adicionalmente, se revisarán las tasas impuestas por China a las importaciones agrícolas y tecnológicas de Estados Unidos.
Por otro lado, la idea de una desescalada comercial ha ganado terreno en ambos gobiernos. Por un lado, Trump busca estabilizar los precios internos y reducir los costos de importación en sectores sensibles, mientras Xi intenta garantizar un entorno favorable para la recuperación industrial y tecnológica de su país.
Dentro de los principales temas que pide la delegación estadounidense está relacionada con el tráfico ilegal de fentanilo; por esta razón, Washington insiste en que China debe reforzar los controles a las empresas químicas que producen precursores del opioide, responsable de más de 70.000 muertes anuales por sobredosis en Estados Unidos.
Otro de los puntos clave que busca la Casa Blanca son las tierras raras, minerales esenciales para la fabricación de semiconductores, baterías y equipos militares; lo que busca Estados Unidos es evitar que China use su dominio en este sector como herramienta de presión geopolítica, además, pretende garantizar el libre acceso de sus empresas a estos recursos, en medio de una competencia creciente por el control de las cadenas de suministro tecnológicas.
“La reducción de aranceles por parte de EE.UU. aporta más enredos que soluciones; esto genera inestabilidad en los mercados porque no hay confianza”.
“Sería una pena desperdiciar la reunión tratando de superar algunos problemas, en lugar de avanzar hacia un diálogo más constructivo entre EE.UU. y China”.
El comercio agrícola se convirtió también en un elemento clave para las negociaciones ya que, el mandatario estadounidense buscará que China incremente sus compras de soja, maíz y carne de cerdo estadounidense, sectores donde los agricultores han sufrido por la guerra arancelaria. Además de esto, Washington planea insistir en la necesidad de un “campo de juego nivelado” en materia comercial, esto significa reglas equitativas, transparencia en subsidios estatales y transferencias tecnológicas.
Por último, en el marco internacional, para Estados Unidos la postura de Pekín frente a Rusia y la guerra en Ucrania también será objeto de debate ya que, el país norteamericano presionará para que China limite su apoyo a Moscú y se mantenga al margen del suministro de componentes de doble uso que puedan beneficiar al ejército ruso, esto teniendo en cuenta las tensiones que s han creado entre los países y la guerra que se vive actualmente.
Desde la perspectiva de Pekín, uno de los principales puntos son los controles tecnológicos impuestos por Estados Unidos, ya que, para ellos este es uno de los principales obstáculos para normalizar las relaciones bilaterales. China considera que las restricciones al acceso de microchips avanzados y equipos de inteligencia artificial buscan frenar su desarrollo industrial y militar, por ello, Xi pedirá el levantamiento gradual de estas medidas.
Por otro lado, el tema de Taiwán sigue siendo un punto delicado ya que, Pekín ha reiterado que esta isla es parte inalienable de su territorio y ha advertido a Washington sobre la venta de armas y el apoyo político a Taipéi, por ello, la delegación china insistirá que cualquier diálogo duradero requiere respeto a su soberanía y no interferencia en asuntos internos.
Por último, China pedirá un mayor reconocimiento de su papel en la estabilidad regional, principalmente en el mar de la China Meridional, además, buscará garantías de que Estados Unidos no promoverá alianzas militares que perciba como hostiles, como Aukus o el Quad.
Dentro de otros puntos secundarios que se tendrán en cuenta y que podrían influir en la relación futura están las tasas portuarias, TikTok, armas nucleares, entre otras.
Por un lado, Estados Unidos busca una reducción de las tasas portuarias impuestas por China a las compañías estadounidenses, medida que encarece las exportaciones y afecta a las cadenas logísticas del Pacífico; por otro lado, el futuro de Tiktok es relevante para este acuerdo ya que, Washington quiere acelerar la venta de las operaciones estadounidenses de la plataforma, alegando motivos de seguridad nacional; en el tema geopolítico, ambos líderes discutirán medidas para así evitar una nueva carrera nuclear; por último, el caso del empresario hongkonés Jimmy Lai, fundador de Apple Daily, aparecerá en las conversaciones como un tema de derechos humanos esto debido a que EE.UU. pidió su liberación, mientras que el gobierno chino sostiene que se trata de un asunto judicial interno, lo que podría generar tensiones en el diálogo.
Este momento es crucial para la economía global, los mercados y las empresas que dependen del comercio, así como para sectores clave como los semiconductores y el transporte marítimo, que se han convertido en moneda de cambio en el conflicto general. Sin embargo, el resultado de esta reunión entre el mandatario estadounidense y chino se asemeja más a una pausa temporal en las hostilidades que a un acuerdo duradero que modifique la trayectoria de una desvinculación controlada de las dos principales economías del mundo.
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