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Ministros de Salud de Argentina y Perú renunciaron después de que se conoció que en ambos países vacunaron personas en secreto
El ministro de Salud de Ecuador, Juan Carlos Zevallos, renunció a su cargo, convirtiéndose en el tercer funcionario de salud latinoamericano que se ve obligado a renunciar en dos semanas, a medida que crece la indignación por la capacidad de los más ricos y poderosos de la región para vacunarse antes que el resto de la población.
El presidente Lenín Moreno, cuyo mandato finaliza el 24 de mayo, publicó en Twitter la carta de renuncia del ministro. La partida de Zevallos llegó después de que este enviara cartas a los rectores de las universidades invitándolos a saltarse la fila y después de que los fiscales iniciaran una investigación por la vacunación de su madre en enero.
En los últimos 14 días, el ministro de Salud de Argentina renunció, de la misma forma que el ministro de Salud peruano y su adjunto. En ambos países, la revelación de la vacunación VIP provocó caos en los gabinetes de Gobierno, en tanto que el número de influyentes que fueron vacunados en secreto se disparó a 70 en Argentina y a casi 500 en Perú.
“Hay quienes solo ven errores. Prefiero recordar al Ministro que aceptó la difícil tarea de conducir la salud del país en la peor crisis sanitaria que vive Ecuador y el mundo”.
En Ecuador, el escándalo se prepara para hacer lo mismo.
Es un momento políticamente delicado para el país, con un Gobierno que va de salida, sin mayoría parlamentaria y una segunda vuelta de las elecciones presidenciales programadas para el 11 de abril.
“Dada la situación política actual, y con el fin de posibilitar la continuidad del Plan nacional de vacunación, presento a usted, señor presidente, la renuncia irrevocable”, escribió Zevallos en su nota de salida.
Después de compartir la carta, Moreno descartó en un tuit separado que alguno de sus propios familiares cercanos hubiera sido vacunado. Los ecuatorianos están indignados porque el lento ritmo del esfuerzo de vacunación no impidió que las personas con influencias recibieran la codiciada vacuna.
El viernes, el locutor de radio octogenario Diego Oquendo se convirtió en la última persona que no es de primera línea que reconoció haber recibido la vacuna. A diferencia de Argentina y Perú, donde los gobiernos han publicado listas de personas que recibieron dosis tempranas, Zevallos dijo que la confidencialidad del paciente imposibilitaba hacer lo mismo.
El Gobierno de Moreno inicialmente apostó por las entregas de vacunas compradas a compañías farmacéuticas occidentales, pero los envíos iniciales de Pfizer solo incluían dosis para 30.000 personas.
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