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Gabriel Oddone, ministro de Economía y Finanzas
El presupuesto prevé que el déficit se reduzca a 2,6% en 2029, cuando los uruguayos deben elegir un nuevo presidente y Congreso
El nuevo gobierno de izquierda de Uruguay planea reducir el déficit presupuestario mediante aumentos de impuestos al comienzo de su mandato para evitar recortes de gastos políticamente polémicos o gravámenes adicionales más adelante, según el ministro de Finanzas, Gabriel Oddone.
El mandato otorgado al presidente Yamandu Orsi en las elecciones de noviembre pasado "no es una motosierra", dijo Oddone en una entrevista. "La gente no cree que el Estado sea corrupto. El contrato social de Uruguay está garantizado por el Estado".
El enfoque mesurado de Orsi para sanear las finanzas públicas contrasta con la severa austeridad impulsada por el líder libertario de la vecina Argentina, Javier Milei, quien ha despedido a miles de funcionarios y clausurado ministerios enteros. Los recortes del gasto habrían generado enormes tensiones políticas y violado las promesas de campaña del gobierno, declaró Oddone el lunes en su oficina de Montevideo.
El gobierno, que inició su mandato de cinco años en marzo, solicita al Congreso mayores ingresos fiscales para reducir un déficit mayor de lo previsto y cumplir con sus compromisos de aumentar el gasto en programas sociales y policía. El presupuesto de Oddone propone aumentar los ingresos públicos en 1,6 puntos porcentuales del producto interior bruto para 2029, principalmente mediante una recaudación fiscal más eficiente, un impuesto mínimo global de sociedades para las multinacionales y nuevos gravámenes, como el impuesto a los paquetes libres de impuestos. Estas medidas deberían generar suficientes ingresos para empezar a reducir el déficit de forma significativa en 2027, según el ministro de Hacienda.
El presupuesto prevé que el déficit se reduzca a 2,6% del PIB en 2029, cuando los uruguayos deben elegir un nuevo presidente y Congreso, desde 4,1% de este año. Los críticos afirman que el gobierno corre el riesgo de no alcanzar estas metas si aborda el déficit en la segunda mitad del mandato de Orsi, cuando este enfrentará presiones políticas para aumentar el gasto antes de las elecciones. S&P Global, Moody's Ratings y Fitch Ratings han afirmado la calificación crediticia de grado de inversión y la perspectiva estable de Uruguay en los últimos 12 meses.
“Si las previsiones sobre el crecimiento y las perspectivas globales no nos deparan sorpresas, este escenario de convergencia fiscal es suficiente para estabilizar la relación deuda/PIB” en niveles sostenibles, afirmó Oddone.
El compromiso de Uruguay con la estabilidad política y económica está dando sus frutos. Los inversores han invertido miles de millones de dólares en plantas de celulosa en las últimas décadas, y Google, de Alphabet Inc., está construyendo un importante centro de datos cerca de la capital. Los multimillonarios fundadores de las empresas tecnológicas más grandes de Latinoamérica poseen viviendas en el país de 3,5 millones de habitantes, ubicado entre Argentina y Brasil.
Sin embargo, un costoso estado de bienestar todavía está fallando a muchos residentes, especialmente a los niños menores de 6 años, cuya tasa de pobreza de 32% es más de cinco veces la de los ancianos. El partido izquierdista Frente Amplio de Orsi controla el Senado, pero necesita dos votos de la oposición en la Cámara Baja para aprobar el plan financiero quinquenal. Oddone no descartó otras medidas para controlar el déficit si el Congreso no aprueba el aumento de impuestos o si los ingresos del gobierno son insuficientes.
“Todas las herramientas están sobre la mesa y todas pueden utilizarse dependiendo del escenario porque la estabilidad fiscal es clave” para la estabilidad social, afirmó.
El presupuesto de Oddone prevé un crecimiento promedio de 2,4% anual durante el mandato del gobierno, en comparación con apenas 1,1% en la década anterior, cuando la pandemia y las sequías azotaron la economía.
El gobierno busca facilitar la actividad empresarial en Uruguay mediante la reducción de trámites burocráticos, la reducción de impuestos a la exportación e importación y la agilización del proceso de aprobación de exenciones fiscales a la inversión. Oddone no descartó ofrecer tarifas eléctricas más bajas a proyectos de alto consumo energético, como centros de datos y plantas de hidrógeno verde.
Al menos tres empresas están considerando a Uruguay para albergar nuevos centros de datos, según Isabella Antonaccio, quien dirige la unidad de zonas francas del Ministerio de Finanzas. “Uruguay no es el único lugar elegible”, dijo. “Como país, estamos trabajando activamente para que Uruguay sea la sede elegida si se dan en la región”.
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