El giro impensado de la agenda legislativa del gobierno de Sebastián Piñera

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Obligado por la crisis social que se extiende ya por tres semanas, la agenda legislativa del gobierno del derechista Sebastián Piñera ha dado un giro impensado. Acorralado por la convulsión social, el gobierno dejó de lado las reformas con las que pretendía cumplir su programa de gobierno y dio un giro a la social. Los cambios son:

Reforma Tributaria
Piñera envió al Congreso el año pasado un proyecto de ley para reformar una ley tributaria impulsada en el gobierno de Michelle Bachelet. La derecha defendía hasta hace tres semanas esta nueva norma que a su juicio simplificaba el sistema tributario, pero según la oposición, acababa reduciendo los impuestos a los grandes empresarios.

En medio de la presión social, la derecha eliminó la reducción impositiva para las grandes empresas. Establece, además, un sobre impuesto territorial para viviendas de más de 400 millones de pesos de avalúo. “El proyecto inicial recaudaba poco y le bajaba los impuestos a un sector de altos ingresos”, dijo el senador Ricardo Lagos Weber. La normativa recaudará US$2.000 millones.

“Los que tenemos más nos vamos a tener que meter la mano al bolsillo, el momento lo requiere”, dijo el ministro de Hacienda, Ignacio Briones.

Jornada de 40 horas
La cámara de diputados aprobó un proyecto de ley para rebajar de 45 a 40 horas la jornada laboral. En pleno debate por este proyecto, el gobierno cuestionó la iniciativa. Chile tiene la segunda peor productividad laboral entre los países de la Ocde, por detrás de México. El proyecto ahora, con modificaciones, debe ser tramitado en el Senado.

Pensiones
Piñera propuso en su programa de gobierno una reforma al sistema privado de pensiones, impulsando un alza de 4 puntos porcentuales a cargo del empleador, pero tras el estallido, anunció que incrementará a 5 puntos el aporte empresarial.

Salario mínimo
Piñera envió al Congreso un proyecto para incrementar el ingreso mínimo a costa del Estado. De esta forma, el salario mínimo pasará de 301.000 (US$404) a 350.000 pesos (US$ 468), un aumento del 16%. Según el académico Balmaceda, está es la primera vez en 30 años que se implementa el ingreso mínimo garantizado en Chile, y agregó que su “mayor ventaja” es que no desincentiva el desempleo ya que el desembolso de este subsidio no sale del bolsillo del empleador.