El Banco de Inglaterra baja los tipos a mínimos históricos para luchar contra los efectos del Brexit

El Banco de Inglaterra ha acompañado al histórico recorte del precio del dinero en Reino Unido con un paquete de estímulo monetario más amplio. La entidad ha reactivado las compras de bonos por un importe total de US$91.984 millones. US$78.830 millones irán destinados a su plan de compras de bonos del Tesoro, elevando el programa hasta los US$571.600 millones, mientras que otros US$13.000 millones serán utilizados en la compra de bonos corporativos.

"La compra de bonos corporativos podría proporcionar más estímulo que la misma cantidad en adquisiciones de bonos públicos", destaca el Banco de Inglaterra. Las compras de activos privados comenzaran desde mediados de septiembre y se prolongarán durante 18 meses.

La tercera medida que la entidad monetaria ha anunciado un nuevo programa denominado como Term Funding Scheme (TMS) con el que quiere ayudar a los bancos para contrarrestar el efecto de los tipos bajos y promover que la financiación llegue a la economía real. Este programa, similar a las anteriores subastas de liquidez, podría suponer una inyección adicional de liquidez de unos US$131.400 millones.

"Se trata de un paquete extraordinario y apropiado de medidas. Si no se hubiera adoptado, creemos que la producción podría disminuir y subir el desempleo", ha defendido Carney tras la reunión.

La decisión de recortar los tipos de interés ha sido aprobada por unanimidad por el Comité de Política Monetaria del BoE (9 votos a favor por 0 en contra). Sin embargo, la ampliación del QE ha contado con 3 votos en contra mientras que la compra de bonos privados obtuvo uno voto en contra.

No prevé recesión

Por otro lado, el banco central ha actualizado sus previsiones macroeconómicas tras la votación del Brexit, aunque no prevé que Reino Unido entre en recesión, aunque si espera que la economía "tenga poco crecimiento" en el segundo trimestre del año, pero "será positivo", ha asegurado el gobernador del Banco de Inglaterra.

Para este año, la institución mantiene su previsión de crecimiento en el 2%, debido al buen rendimiento de la economía británica en la primera mitad de este año, al igual que su estimación de inflación, que permanece invariable en el 0,8%.

Sin embargo, para el año que viene el banco central ha efectuado un drástico recorte de sus previsiones. Ahora espera que el crecimiento en 2017 sea solo del 0,8%, muy lejos del 2,3% que estimaba antes del Brexit. Se trata del mayor recorte desde los años 90. También ha elevado su pronóstico de inflación al 1,9%, desde el 1,5% anterior.

La última oleada de datos macroeconómicos negativos han recogido el impacto inmediato del Brexit en la actividad económica. En julio, los tres principales sectores de la economía de Reino Unido (los servicios, industria y construcción) registraron el mayor ritmo de contracción en años, lo que sugiere que la actividad de la quinta economía del mundo estaría encaminándose a una nueva recesión.

Desplome de la libra

Los operadores del mercado de divisas aguardaron en vilo la decisión del Banco de Inglaterra. La libra cotizaba un 0,02% al alza, en US$1,3324. Sólo unos minutos después ya desinflaba hasta los US$1,31. Con el paso de la sesión también pone en peligro el nivel de US$1,31.

El correctivo a la libra sirve de estímulo para la reacción de la Bolsa de Londres. Antes de conocerse la rebaja de tipos y la reactivación del programa de compra de activos, el Ftse 100 cotizaba en tablas, rezagado del resto de plazas europeas.

Con la libra desinflada, la Bolsa de Londres activa sus subidas y destaca incluso entre las más alcistas de Europa. En su remontada supera los 6.700 puntos y se sitúa a un paso de sus máximos anuales. De esta forma se confirma como la renta variable europea con un mejor comportamiento en 2016.

Las compras no sólo alcanzan a la renta variable. La renta fija británica pulveriza récords después de confirmarse la reanudación del programa de adquisición de deuda del Banco de Inglaterra. El interés del bono a diez años de Reino Unido se desinfla por primera vez por debajo del 0,68%.