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Donald Trump, presidente de EE.UU.
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Los automóviles importados recibieron un alivio de los aranceles separados sobre el aluminio y el acero, para evitar la acumulación de gravámenes
El presidente Donald Trump firmó un par de directivas que alivian el impacto de sus aranceles en la industria automotriz, cediendo a semanas de intenso lobby por parte de fabricantes de automóviles, proveedores de piezas y distribuidores que advirtieron que los gravámenes excesivos podrían hacer subir los precios de los automóviles, provocando cierres de plantas y pérdidas de empleos.
Bajo la primera orden ejecutiva, firmada a bordo del Air Force One , los automóviles importados recibieron un alivio de los aranceles separados sobre el aluminio y el acero, en un esfuerzo por evitar que se acumularan varios gravámenes.
Los aranceles de Trump que amenazan a la industria automotriz “no deberían tener todos un efecto acumulativo”, dijo en la orden, “porque la tasa arancelaria resultante de dicha acumulación excede lo necesario para lograr el objetivo político previsto”.
Una proclamación independiente modificó el arancel del 25% sobre las autopartes importadas, que entra en vigor el 3 de mayo. Bajo esa medida, los fabricantes de automóviles que producen y venden automóviles terminados en Estados Unidos pueden reclamar una compensación de hasta el 3,75% del valor de los vehículos fabricados en ese país.
La compensación se reducirá en un año hasta un 2,5% del valor de dichos vehículos y se eliminará al año siguiente, con el fin de incentivar la fabricación nacional. Esta compensación estará disponible para los vehículos fabricados después del 3 de abril.
Las medidas representan una retirada parcial —y, en el caso de los componentes, temporal— del escenario más perjudicial: la importación de vehículos terminados y piezas podría enfrentarse a varios niveles de aranceles elevados. Trump ha argumentado que los gravámenes son necesarios para impulsar la producción automotriz nacional y el empleo. Los fabricantes de automóviles han advertido que imponer aranceles elevados a largo plazo iría en contra de ese objetivo.
Los fabricantes de automóviles siguen teniendo preguntas incluso después de las medidas de alivio de Trump.
“Este es el mayor desafío: la incertidumbre. Tenemos muchas políticas en constante cambio”, declaró John Bozzella, presidente de la Alianza para la Innovación Automotriz, en una entrevista con Bloomberg TV. “Aún desconocemos hasta qué punto veremos aranceles a las piezas, cuánto tiempo durarán estas políticas ni cómo se desarrollarán las negociaciones bilaterales entre Estados Unidos y sus socios comerciales”.
La alianza representa a la mayoría de los principales fabricantes de automóviles, incluidos General Motors, Toyota Motor y Volkswagen AG.
Los últimos ajustes de Trump aliviarán la carga de costos para los fabricantes de automóviles y sus proveedores, afirmó Mitch Zajac, abogado especializado en automoción y cadenas de suministro de Butzel Long en Detroit. Las concesiones se extienden tanto a los vehículos fabricados en el extranjero como a los fabricantes nacionales que importan autopartes, añadió. Aun así, la industria aún debe lidiar con un arancel del 25% sobre los vehículos importados, que amenaza con aumentar significativamente los costos de la industria y presionar las cadenas de suministro.
“Hay alivio aquí”, dijo Zajac.
Trump suavizó su postura antes de un viaje a Michigan, donde planea celebrar los primeros 100 días de su segundo mandato en la Casa Blanca con un discurso en el condado de Macomb. Este suburbio conservador de Detroit alberga a muchos de los trabajadores manuales a quienes, según el presidente, sus aranceles buscan ayudar.
Los fabricantes de automóviles han estado esperando detalles de la administración sobre cómo calcular los costos arancelarios de las autopartes. Algunos fabricantes han pausado la producción y despedido a trabajadores mientras evalúan diferentes escenarios y discuten con los proveedores sobre quién asumirá la mayor parte de los nuevos costos.
Esa inestabilidad se hizo evidente el martes por la mañana, cuando GM retiró sus previsiones de beneficios para el año, alegando el efecto de los aranceles. La compañía también pospuso una reunión con inversores para dar tiempo a los ejecutivos a asimilar las nuevas normas y su impacto en sus perspectivas financieras.
Hasta ahora, los fabricantes de automóviles han mantenido estables los precios para calmar la preocupación de que los aranceles incrementen el costo de los vehículos en miles de dólares. El temor a que estos gravámenes pudieran elevar el precio de venta impulsó un aumento repentino de las ventas en el primer trimestre.
El ferviente ritmo de ventas podría desacelerarse a medida que se agote el inventario previo a los aranceles en los concesionarios y aumenten los precios ante la pérdida de confianza del consumidor. AutoNation, una de las mayores cadenas de concesionarios de automóviles de Estados Unidos, declaró la semana pasada que las compañías automotrices solo subirían los precios de venta para compensar los aranceles como último recurso, ya que desean proteger su cuota de mercado. Sin embargo, el director ejecutivo de AutoNation, Mike Manley, también afirmó que prevé una desaceleración de las ventas del sector debido a las dificultades arancelarias.
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