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Canadá está retrasando un plan para obligar a los fabricantes de automóviles a alcanzar niveles mínimos de ventas de vehículos eléctricos para 2026.
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El gobierno del primer ministro Mark Carney hará el anuncio el viernes como una de una serie de medidas para ayudar a las empresas de las industrias más afectadas por la guerra comercial
Canadá está retrasando un plan para obligar a los fabricantes de automóviles a alcanzar niveles mínimos de ventas de vehículos eléctricos para 2026, una concesión a los fabricantes en un sector que se ha visto afectado por los aranceles.
El gobierno del primer ministro Mark Carney hará el anuncio el viernes como una de una serie de medidas para ayudar a las empresas de las industrias más afectadas por la guerra comercial del presidente estadounidense Donald Trump, según personas familiarizadas con el asunto, que hablaron bajo condición de no ser identificadas.
El predecesor de Carney, Justin Trudeau, había aprobado reglas que requerían que los fabricantes de automóviles garantizaran que al menos 20% de las ventas fueran vehículos de cero emisiones para el año modelo 2026. Pero el gobierno no implementará ese objetivo ahora: en su lugar, lanzará una revisión del llamado "estándar de disponibilidad de vehículos eléctricos" para asegurarse de que no cree cargas para los fabricantes de automóviles, dijeron las personas.
Las regulaciones de Trudeau elevaron el listón con el tiempo, de modo que para 2035 todos los automóviles y camiones ligeros nuevos vendidos en Canadá tendrían que estar libres de emisiones.
Es otro ejemplo de cómo Carney, quien asumió el cargo en marzo, está desmantelando algunas políticas de la era Trudeau, en parte debido a las presiones de la guerra comercial. El primer ministro ha retirado numerosos aranceles de represalia sobre productos estadounidenses, ha eliminado un impuesto al carbono sobre el uso de combustibles fósiles por parte de los consumidores y ha eliminado un nuevo impuesto a los servicios digitales tras las quejas de Trump.
La industria automotriz lleva meses presionando para modificar la normativa sobre vehículos eléctricos, argumentando que los objetivos son poco realistas, incrementarán los costos y pondrán en riesgo el empleo. En junio, aproximadamente 8 % de los vehículos nuevos vendidos en Canadá eran de cero emisiones.
“Estos objetivos fueron inventados por el gobierno, sin basarse en una evaluación sólida de la dinámica real del mercado”, declaró Brian Kingston, director ejecutivo de la Asociación Canadiense de Fabricantes de Vehículos (CVA), en una entrevista en agosto. La Cvma representa a General Motors Co., Ford Motor Co. y a Stellantis NV, empresa matriz de Chrysler, todas con operaciones de fabricación en la provincia de Ontario.
Bajo el mandato de vehículos eléctricos, los fabricantes que no cumplieran los objetivos de ventas se habrían visto obligados a restringir las ventas de vehículos con motor de combustión interna o comprar créditos de empresas como Tesla Inc., dijo Kingston.
La industria automotriz canadiense está altamente integrada con el sector estadounidense y se ve amenazada por los aranceles impuestos por la administración Trump a los vehículos de fabricación extranjera. GM y Stellantis han reducido la producción en sus plantas de ensamblaje en la provincia de Ontario desde el inicio de la guerra comercial.
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