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Además, los cambios en las tarifas también afectarán al ‘banderazo’, que subirá de 25 a 28 unidades ($2.229), o al valor de la unidad que pasará de $78 a $82, lo que representa un incremento de 5,13%.
Preocupados por los bolsillos de los clientes, quienes siempre tienen la última palabra, LR se dio a la tarea de averiguar cuál es la ciudad latinoamericana que maneja las tarifas de taxi más costosas, así como las diferencias de precio de las mínimas entre tomar ‘los amarillos’ o decantarse por UberX, dejando atrás la controversia sobre la legalidad de este servicio.
Así las cosas, Buenos Aires (Argentina), Bogotá (Colombia) y Montevideo (Uruguay) son las capitales de la región que tienen actualmente las tarifas mínimas para desplazarse en taxi más costosas de América Latina.
De acuerdo con los analistas consultados, a pesar de que cada ciudad tiene su propia normativa, las tarifas se establecen en función del precio del combustible, los costos de rodamiento, los impuestos o las diferentes particularidades de cada ciudad.
“Existen condiciones como la población, la densidad o la movilidad en cada ciudad que determinan el precio de las tarifas. En Colombia, Bogotá es la ciudad con la carrera mínima más barata. En Cartagena o Medellín están más elevadas”, opinó Ernesto Sandoval, gerente de Taxis Teleclub.
Si bien los argentinos son los que más pagan por la bajada de bandera (US$1,35) y después cancelan unos US$0,13 por cada 200 metros de recorrido o minuto de espera, los colombianos se ubican en segundo lugar con US$1,31 y un recargo nocturno de US$0,64, aunque en las ciudades con más informalidad los taxistas pueden decir qué tarifa establecen.
José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, achaca las altas tarifas colombianas al modelo de operación. “Mientras que en otros países las empresas afiliadoras son dueñas de la flota de taxis y contratan a los conductores; en Colombia, tienen pocos taxis en propiedad y conceden cupos a los taxistas que deben pagar mensualmente una elevada cuota que se refleja en la tarifa final”.
Por su parte, en Montevideo, la bajada de bandera se ubica en US$1,17, tienen que pagar por cada 100 metros recorridos unos US$0,06 y la tarifa nocturna es 20% adicional.
En el caso de Lima (Perú), reina la informalidad y el arte está en saber negociar ya que no existen los taxímetros. No obstante, residentes le contaron a LR que la mínima no es de menos de US$1,17.
En el sondeo, se determinó que los mexicanos y los santiaguinos son los que menos pagan por los primeros minutos subidos en un taxi.
Por ejemplo, en México DF la bajada de bandera de los taxis libres se sitúa en US$0,46, aunque las de los de sitio está en US$0,69; por cada 250 metros pagan US$0,05 y existe un recargo nocturno de 20% adicional.
Respecto a Santiago de Chile, el banderazo de los taxis básicos está en US$0,45 y pagan por la tarifa variable máxima unos US$0,19.
Si se hace ese mismo ejercicio con las tarifas mínimas de UberX, se encuentran pequeñas diferencias.
Aquí, las más costosas las desembolsan los limeños (US$2,05) y los chilangos (US$1,92). Con UberX, en cambio los bogotanos pagan US$1,52 de tarifa mínima.
“Todas las tarifas son transparentes. Los usuarios pueden saber antes de empezar el viaje cuánto les costará. Aunque las tarifas varían por ciudad y producto escogido, siempre se componen de un monto base al que se suman cobros por tiempo y distancia de cada viaje. Un viaje le puede costar 30% menos”, explicó a LR un vocero de Uber en Colombia.
En general, se aprecia que las tarifas mínimas de UberX son más elevadas que las de los propios taxis ‘amarillos” en parte por la seguridad, la comodidad y la calidad del servicio que aportan, dijeron los expertos.
“En México, el servicio público no es muy bueno. Empecé a optar por pedir UberX porque me proporciona más seguridad en las noches que es donde más lo ocupo. Sabes quién es el conductor y el precio no es tan elevado si lo comparas con lo que te puede cobrar un taxi de la calle”, manifestó Marco Rojas, residente de México DF.
Prima por baja accidentalidad en las vías
Uno de los anuncios de Peñalosa que más controversia generó fue el aumento de $500 por reducir la accidentalidad en Bogotá. Para la Secretaría de Movilidad, esta medida sería un incentivo para bajar los cerca de 7.000 accidentes de tránsito que involucraron a taxistas el año pasado, cifra que equivale a 22% del total de accidentes de la ciudad. Con este decreto, la Alcaldía espera estimular las mejores prácticas de conducción, mejorar la capacitación de los conductores y mantener los vehículos en perfecto estado.
Las opinión
José Stalin Rojas
Director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional
“El modelo de operación donde los taxis no son propiedad de las empresas afiliadoras es la principal razón por la que la tarifa mínima es más elevada en Colombia”.
Cristina Villareal
Vocera de Uber en Colombia
“En América Latina, operamos en 43 ciudades, con más de 130.000 socios conductores y 2 millones de usuarios. Es el mercado de más rápido crecimiento”.
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