MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Se trata de un crédito de margen variable con un período de vencimiento de 28 años y una gracia de 11 años
La junta directiva del Banco Mundial aprobó el jueves 506 millones de dólares en préstamos de emergencia y subvenciones para Ecuador para ayudar al país andino a lidiar con uno de los peores brotes de coronavirus en América Latina, anunció la entidad en un comunicado.
La asistencia incluye un préstamo flexible de 500 millones de dólares para ayudar a las autoridades ecuatorianas a cubrir las necesidades presupuestarias durante la crisis y promover la recuperación económica. Se trata de un crédito de margen variable con un período de vencimiento de 28 años y una gracia de 11 años.
El brote del nuevo coronavirus y la caída de los precios del petróleo y la demanda mundial están teniendo un efecto devastador en Ecuador, un productor de crudo.
El paquete de ayuda del banco también incluye una donación no reembolsable de 6 millones de dólares de su fondo de financiamiento concesional. El dinero se usará para apoyar los esfuerzos de Ecuador para ayudar a migrantes venezolanos y a la población ecuatoriana que ha recibido a refugiados.
El banco dijo que los 500 millones de dólares reconocen los esfuerzos del gobierno ecuatoriano "para lograr sostenibilidad fiscal, fortalecer la dolarización, mejorar la transparencia y la rendición de cuentas y promover la gestión responsable de la deuda pública".
La ayuda del Banco Mundial llega días después de que la junta ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la entrega de 643 millones de dólares en financiamiento de emergencia para Ecuador.
La ley exigía la divulgación de registros de investigación, documentos de viaje, acuerdos de inmunidad, comunicaciones internas y documentos relacionados con la muerte de Epstein en 2019
Lula y la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, los líderes de las dos mayores economías de América Latina, ya habían instado a la moderación esta semana
La Ocde señala que el problema del desarrollo desigual de habilidades necesita una estrategia estatal clara para que los mercados laborales no se vean afectados en el futuro