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El jefe de ministros argentino lamentó que EE.UU. haya rechazado la jurisdicción de la Corte Internacional de la Haya, ante la que Argentina presentó una demanda por las decisiones del juez Thomas Griesa, que ha fallado en contra del país y bloqueado el pago a otros acreedores hasta que los fondos cobren los US$1.500 millones que reclaman por bonos impagados.
Durante su habitual conferencia de prensa matutina, Capitanich se distanció también de otras posibles vías de solución al litigio con los fondos "buitres", según la denominación que usa Argentina.
"La participación del sector privado, sea empresas o bancos extranjeros o nacionales, no incumbe ni es competencia del Estado nacional", indicó.
Capitanich se refirió también a la advertencia del juez Thomas Griesa de que puede declarar en desacato a Argentina si sus autoridades siguen haciendo "afirmaciones falsas y engañosas" en la prensa sobre el litigio con los fondos.
"No existe el desacato si no es violando la inmunidad soberana de un país", subrayó.
El Gobierno argentino sostiene que no puede cumplir el fallo de Griesa porque desencadenaría un aluvión de demandas de los bonistas con deuda soberana sujeta a las reestructuraciones acordadas tras el millonario cese de pagos declarado por Argentina el año 2001.
Los tenedores de más del 92,4 % de la deuda aceptaron reestructurarla, lo que implicaba una importante reducción del valor, y han venido cobrando en los términos acordados.
Los fondos demandantes en EE.UU. poseen deuda no reestructurada, es decir que no ha sido saldada desde 2001.
La Corte Suprema de EE.UU. ratificó el fallo de Griesa que obliga a pagar a los fondos.
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