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El país asiático fijó impuestos a autos, soja y petróleo que llega de EE.UU. y en represalia Trump subió de 10% a 15% y de 25% a 30% los aranceles ya impuestos
Ayer China escaló nuevamente la tensión comercial con Estados Unidos al anunciar que reanudará e impondrá nuevos aranceles a productos estadounidenses valorados en US$75.000 millones.
El país asiático dijo que desde el 1 de septiembre aplicará un arancel adicional de 5% a las importaciones de soja y de petróleo estadounidenses. Además, desde el 15 de diciembre reanudará un arancel suspendido de 25% sobre los autos fabricados en EE.UU. junto a otro de 10% para algunos vehículos. Si se tiene en cuenta los aranceles generales que ya existen sobre los automóviles, la tarifa total cobrada por los carros fabricados en EE.UU. sería de hasta 50%.
Según el sitio web de United States Census Bureau, en 2018, Estados Unidos exportó bienes a China por US$120.150 millones. De estos, US$9.760 millones (8,12%) corresponde a bienes relacionados con vehículos, US$3.130 millones (2,6%) a soja y US$5.430 millones (4,52%) a petróleo crudo. Con base en las ventas de EE.UU. a China el año pasado, las medidas arancelarias adoptadas por el país asiático impactarán 15,25% de los bienes que le compra al país norteamericano.
China decidió implementar estos nuevos aranceles en respuesta al anuncio que hizo el presidente Donald Trump a principios de este mes, que desde el 1 de septiembre entraría en vigencia un nuevo arancel de 10% a productos chinos que sumarían un valor de US$300.000 millones. Según se conoció en el momento, entre los bienes que se afectarían con estos aranceles estarían dispositivos tecnológicos, como celulares y computadores, y juguetes. Sin embargo, semana y media después de este anuncio, Trump comunicó que había aprobado una prórroga en la imposición de este nuevo arancel para no afectar las ventas de Navidad por lo que la nueva fecha para la entrada en vigencia sería el 15 de diciembre.
Contrario a lo que muchos creerían, esta excepción de aranceles para categorías como juguetes, computadores, celulares y videojuegos fabricados en China que entren a Estados Unidos, no alivió la tensión entre ambos países. Y no parece que esta sea una meta a corto plazo, pues horas después de que China anunciara los nuevos impuestos, Trump amenazó con represalias y las confirmó en la tarde de ayer.
“Chinos y estadounidenses gravarán en su totalidad las exportaciones de su contraparte, lo que afectará a sus economías y propiciarán una desaceleración global”.
“Quienes terminarán pagando por las imposiciones de cada vez más aranceles serán los consumidores, pues estos se traducirán en aumento de precios”.
Trump publicó en su cuenta de Twitter que esta era una gran oportunidad para el país y que ordenaba a las “grandes compañías estadounidenses que comiencen inmediatamente a buscar una alternativa a China, que incluya traer sus empresas a casa y hacer sus productos en EE.UU.”.
Después de ese mensaje, anunció que el arancel de 10% que había pospuesto a diciembre aumentaría a 15% y entraría en vigencia en septiembre. Además, el arancel de 25% a productos chinos por US$250.000 millones aumentaría a 30% desde el 1 de octubre. “Lamentablemente, las administraciones anteriores han permitido que China se adelante tanto al Comercio Justo y Equilibrado que se ha convertido en una gran carga para el contribuyente estadounidense. Como presidente, ¡ya no puedo permitir que esto suceda!”, escribió Trump en uno de sus tuits.
María Claudia Lacouture, directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), resaltó que la situación es una muestra de que las tensiones comerciales son un círculo vicioso, que si no se detiene, afectará a todas las naciones de distintas maneras.
“Tanto chinos como estadounidenses gravarán en su totalidad las exportaciones de su contraparte, lo que afectará a sus economías y, al ser las dos potencias más importantes del mundo, propiciarán una desaceleración más profunda del crecimiento global, además de afectar a las cadenas globales de valor, a la competitividad y al libre comercio, pues los otros países tendrán que protegerse de los excedentes que saldrán a buscar mercados”, explicó.
José Roberto Concha, director de Icecomex, resaltó que la consecuencia de estas tensiones entre ambas economías es que en el mediano plazo otros países reemplazarán a estas potencias como proveedores. “Si la estrategia les funciona para reducir su balanza comercial, este proteccionismo se podría propagar a otros mercados, lo que llevaría al fin del libre comercio y la globalización”, dijo.
Desplome de bolsas por nuevas tensiones
Después de los anuncios de Trump, tres de los principales índices de Wall Street perdieron hasta 3%. El Dow Jones cayó 2,37% a 25.628,9 unidades, mientras que el S&P 500 bajó 2,59% a 2.847,11 unidades. El Nasdaq, cedió 3% a 7.751,77 unidades. En América Latina, las monedas cayeron poco más de 1% y llegaron a mínimos de ocho meses. El peso mexicano se depreció 0,26% y el índice de la bolsa mexicana bajó 0,32%. El peso chileno cayó 0,65% y el principal índice de la Bolsa de Comercio de Santiago bajó 1,90%. El Bovespa de Brasil cayó 2,34%, mientras que el Colcap perdió 1,42%.
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