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Delgado, un exsenador, se formó como veterinario y hasta hace poco fue jefe de gabinete del presidente Luis Lacalle Pou
El candidato oficialista Álvaro Delgado cosechó menos votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales uruguayas que su rival de centroizquierda, pero espera que el apoyo de un aliado eliminado de la competencia sea suficiente para ganar el balotaje del domingo.
Delgado, un exsenador de 55 años que representa a la coalición gobernante conservadora, se formó como veterinario y hasta hace poco fue jefe de gabinete del presidente Luis Lacalle Pou.Se enfrentará a Yamandú Orsi después de que ninguno de los dos obtuviera más de 50% de los votos en la primera vuelta.
Delgado ha pedido a los votantes "reelegir un buen Gobierno", buscando capitalizar la popularidad de Lacalle Pou, quien constitucionalmente no puede postularse a la reelección inmediata.
Orsi obtuvo 43,9% de los votos en la primera vuelta, y Delgado quedó a cierta distancia con 26,8%. Pero el candidato que obtuvo el tercer lugar, Andrés Ojeda, quien recibió 16%, le ha dado su apoyo.
Las encuestas de opinión muestran que Orsi sigue a la cabeza, pero que el voto conservador combinado está solo unos pocos puntos por detrás de él.
Ojeda, de 40 años, dijo a Reuters en una entrevista antes de la primera vuelta de las elecciones que el Partido Colorado que representa estaba estrechamente alineado con el Partido Nacional de Delgado y pidió a sus partidarios que lo apoyen para impedir que el Frente Amplio de Orsi regrese al poder. "Nos apoyamos mutuamente", dijo. "Siempre seremos socios".
Delgado ha hecho gala de sus credenciales como candidato continuista y de estabilidad. Quiere impulsar los objetivos del actual Gobierno en materia de acuerdos de libre comercio, incluso con China, mantener bajos los impuestos y profundizar la lucha contra el crimen organizado.
"Quiero ser el presidente de las certezas y del Uruguay que avanza. Quiero ser presidente para continuar el rumbo que se inició con nuestro Gobierno", dijo Delgado mientras hacía campaña en el interior rural del país.
"Lo hecho por este Gobierno nos permite soñar en grande y ser más ambiciosos para que Uruguay dé un salto y se convierta en el país más desarrollado de América Latina".
Quiere una mayor vigilancia por video y una fuerza policial más grande para aumentar la seguridad, una preocupación clave de los votantes. También necesita abordar las acusaciones de corrupción que han afectado la popularidad del Gobierno. Sin embargo, una economía robusta lo está ayudando.
El exjefe del banco central de Uruguay Diego Labat, un aliado y probable ministro de Finanzas si Delgado gana, dijo que el candidato tenía mucha experiencia y fuertes habilidades de intermediación que le permitían construir relaciones a través del espectro político. "Ha estado detrás de todas las grandes decisiones durante este gobierno", dijo Labat.
Los expertos políticos describieron a Delgado como alguien que se preocupa por los detalles y destacaron su trayectoria en el Gobierno. Si es elegido, Delgado podría tener dificultades para gobernar sin una mayoría en el parlamento.
Ninguna de las coaliciones tiene mayoría absoluta en la cámara baja tras las elecciones de octubre, pero el Frente Amplio ganó 16 de los 30 escaños del Senado.
"Personalmente estoy a favor de formar un espacio de coordinación política en el que todos los partidos estén representados", dijo Delgado, y añadió que espera "gestionar las diferencias" si es elegido.
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