Los fondos de capital privado y su papel para consolidar la paz

Es este espíritu el que ha dado a los fondos de capital privado la fuerza que tienen hoy: más de US$2,4 trillones, con rentabilidades usuales de dos dígitos. Se trata de entregar a los empresarios el dinero que no tienen para que exploten la oportunidad y el mercado que sí tienen. Su capacidad se complementa con la celosa vigilancia, tanto del administrador como de los inversionistas.

En resumen, son un camino para emprender e impulsar proyectos donde todos ganan.

Detrás de las ganancias hay una confianza que los fondos de capital privado han sabido ganar tras repetidas y juiciosas tareas de encontrar, financiar, asesorar y vigilar proyectos predestinados al éxito. Brookfield, fondo pionero en los Estados Unidos, recaudó más de US$2 billones en su última ronda de búsqueda de capital. En Colombia, donde a través de la figura se administran recursos que superan 3% del PIB, se financian proyectos de todo tipo.

Tamaña revolución económica, en un país que ve el número de fondos crecer a tasas anuales de 40%, se manifiesta en el vertiginoso desarrollo de negocios como Bodytech, Andrés Carne de Res, Bogotá Beer Company, Terminales Logísticos de Colombia y OndadeMar, todos sinónimos de solidez y desarrollo sostenible.

Detrás del nuevo entrenador de Bodytech hay una familia que consiguió la plata para pagar un mejor colegio, o en ese mesero que lo hace reír en Andrés, hay un ingeniero que bien podrá venderle su casa en unos años. El punto está en que el vigor económico, político y social que implica un negocio bien hecho, jamás será comparable a la caridad o el asistencialismo estatal.

Este hecho cobra una importancia sin precedentes en Colombia. Si el desarrollo económico es la puerta de la paz, los fondos de capital privado son la llave para abrirla. Y es precisamente por eso que resulta emocionante ver cómo esa receta, que el mundo entero reconoce como exitosa, llega por fin al campo colombiano.

Los fondos de capital privado están demostrando que sí es posible ofrecer trabajo digno al campesino, que la seguridad social integral, con pensión y ARL, puede llevarse sin asistencialismos hasta al más humilde injertador de la Orinoquía. Ciertamente, de la mano de los habitantes de regiones históricamente abandonadas a su suerte, se hacen hoy grandes cosas. Profesionales de Bolsa tiene hoy en el Vichada plantaciones permanentes, con una proyección superior a 30 años, que verán su personal crecer de 297 a 2.200 personas para comenzar su etapa productiva. En otras palabras, los inversionistas ven su plata rendir mientras financian a dos generaciones que allá, en el municipio de Santa Rosalía, tienen mejores condiciones que en Bogotá.

La economía sigue creciendo y encuentra cada vez más oportunidades. El protagonismo de los fondos de capital privado en el crecimiento de la economía seguirá haciéndose mayor. Los emprendedores están cada vez más cerca de encontrar el apoyo que necesitan.