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Los expertos advierten que hay que tener un margen de precio histórico antes de tomar la decisión de compra cuando aparecen las promociones tentadoras
Al colombiano le gustan las promociones y las cifras lo evidencian. Un informe de McKinsey & Company muestra que 70% de las personas está dispuesta a dar información personal a cambio de una oferta.
Con este panorama, las jornadas promocionales que quedan este año cobran relevancia para los consumidores. La más cercana es la del Día del Padre, que se celebrará el 18 de junio y que, desde inicios de ese mes empieza a movilizar los mercados.
Luego sigue el Cyber Monday que, si bien en su concepto inicial se reduce a un día, las marcas lo han extendido desde el 26 hasta el 28 de junio. Esta jornada se repite desde el 30 de octubre hasta el 1 de noviembre.
El Día sin IVA, que inicialmente estaba pensado para agosto, sigue siendo incierto, pues en principio se había estipulado para productos nacionales, luego, el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, confirmó que no iban a ser incluidas estas jornadas en la reforma tributaria.
Sin embargo, teniendo en cuenta que los sectores de comercio y tecnología han impulsado esta iniciativa, y que el Gobierno Nacional suele tener diálogos con los gremios, es posible que este modelo se implemente con ajustes, pero hasta el momento no se hará.
En septiembre llega el Día del Amor y la Amistad, una fecha que por naturaleza impulsa campañas de publicidad relacionadas con descuentos para regalos y confitería.
El 24 de noviembre, es el Black Friday que, tal como el Cyber Monday, suele extenderse a varios días de promociones en los que las marcas de diferentes sectores lanzan distintos tipos de promociones y descuentos. Esta temporada se suma a cientos de campañas navideñas para impulsar el consumo en esa época.
“Si no cuento con un precio de referencia histórico idóneo y no puedo tener un punto de validación de ahorro real, es mejor no tomar decisiones de compra”.
“No aconsejo el consumo comercial ni las promociones, salvo que sea un artículo cuya necesidad se haya postergado a la espera de un precio favorable”.
Diego Fernando Palencia, VP de investigaciones de Solidus Capital, resalta que para hacer compras durante las temporadas de ofertas “se debe contar con un precio de referencia del artículo, verificable e idóneo que permita determinar claramente si existe una ventaja de precio de mercado: debe estar barato y su uso debe generar valor”.
Palencia resalta que, si por el contrario, no hay un precio de referencia histórico y no es posible tener un punto de validación de ahorro real, es mejor dejar pasar esa compra, “porque probablemente será un sofisma de distracción el supuesto descuento o promoción. Aquí normalmente sucede que me dicen que el precio histórico es 100 y solo por hoy tengo un precio de 50”, pone como ejemplo.
El experto advierte, además, que hay que ser escépticos de esas “fórmulas milagrosas, descuentos exagerados y promociones sin igual”.
Otra advertencia del analista es nunca pagar una promoción con créditos, “porque el valor del dinero en el tiempo funciona solo hoy: los valores futuros pueden variar mucho y no es tan sencillo calcular los precios reales futuros. Solo con efectivo se aprovechan las promociones”, señala.
La experta en finanzas personales, Mónica Higuera, desde su postura minimalista no aconseja las promociones en términos generales, “salvo que sea un articulo cuya necesidad se haya postergado a la espera de un precio favorable”.
Un consejo que da Higuera es que la compra se debe hacer cuando se ajuste al presupuesto destinado para tal fin, exista criterio de ahorro previo y no se trate de un gasto por impulso. Además, la experta resalta que esa decisión siempre depende del comprador y esa intención de compra, “la necesidad es relativa al individuo y no se puede generalizar”, agrega.
Higuera comenta que la decisión de una vida minimalista en la que estas jornadas no son tan relevantes viene de una reflexión personal , “quien desea vivir minimalista, busca vivir sostenible y sustentable y eso requiere repensarse y repensar el impacto en el mundo”, señala la experta.
Así, queda en manos de cada consumidor tomar esas decisiones de compra en las jornadas de ofertas.
Esta es una herramienta financiera para el crecimiento y la estabilidad de varias pequeñas y medianas empresas en Latinoamérica
