La ciudad donde operó el primer puerto del país

“Afortunadamente estuve en una ciudad donde cada piedra centenaria, cada monumento de la hermosa bahía es un motivo para seguir dándole vueltas a este diario molinillo de impresiones”. Así describió el Nobel, Gabriel García Márquez, su paso por Santa Marta, la ciudad más antigua de Colombia, que este 29 de julio de 2025 conmemoró cinco siglos de historia desde su fundación en 1525 por Rodrigo de Bastidas. Tiempo en el que la Sierra Nevada, el Caribe y su legado indígena y colonial han tejido una memoria viva y han sido testigo de grandes transformaciones sociales, políticas, culturales y económicas.

Contar la historia de Santa Marta es hablar en sí misma de los inicios de Colombia y el legado de la colonia española”, tal cual lo expresó Jorge Enrique Elías-Caro, vicerrector de la Universidad del Magdalena y doctor en ciencias históricas.

Puerto entre la Sierra y el mar

La elección del lugar para establecer la ciudad no fue accidental. Bastidas la fundó entre el mar Caribe y la Sierra Nevada, buscando un punto estratégico para comerciar con España, facilitar las expediciones al interior y asegurar una fuente de agua dulce. Desde sus orígenes, Santa Marta funcionó como un enclave portuario y comercial. El sitio contaba con una bahía natural que ofrecía refugio a los barcos, lo cual convirtió a la ciudad en una de las primeras puertas de entrada del imperio español en Sudamérica.

Durante los primeros siglos de colonización, Santa Marta estuvo en disputas por el dominio, de conquista y colonización y la resistencia indígena. “Fue una ciudad que fue saqueada casi 52 veces a lo largo de ese tiempo”, dijo Elías-Caro.

Estas amenazas obligaron a fortalecer las defensas y marcaron el carácter resiliente de su población. En el siglo XVII, la ciudad perdió protagonismo frente a Cartagena, que se consolidó como capital del virreinato, pero Santa Marta conservó su importancia comercial, sobre todo en la exportación de perlas, ganado, cacao y posteriormente banano.

“En tiempos coloniales Cartagena superó a Santa Marta por contar con un puerto más protegido, fortificado y seguro para las flotas de indias y su fondeo. Las naves en la bahía y puerto de Santa Marta se encontraban más expuestos al ataque y la piratería”, explicó Adriano Guerra, postdoctor en Procesos históricos, y director del Programa de Historia y Patrimonio de la Universidad del Magdalena.

Legado indígena

Pero, antes de la llegada de los europeos, la región de Santa Marta era habitada por los taironas, una civilización indígena altamente desarrollada en términos de urbanismo, agricultura en terrazas y comercio. La conquista destruyó muchas de sus ciudades, pero su herencia cultural y espiritual permanece viva en los pueblos descendientes: koguis, arhuacos, wiwas y kankuamos, que hoy habitan la Sierra Nevada.

El progreso de Santa Marta

Durante el siglo XIX, la ciudad experimentó un lento proceso de modernización. La llegada del telégrafo, el establecimiento de líneas marítimas regulares y el desarrollo de rutas comerciales con Europa consolidaron su perfil como ciudad portuaria. En 1891 se inauguró el Ferrocarril de Santa Marta, que conectaba la ciudad con la zona bananera, lo cual impulsó el comercio agrícola, tal cual lo reporta el archivo del Banco de la República.

También inició actividades la Caja de Ahorros de Santa Marta (1846), se estableció el alumbrado público de la ciudad (1848) y se constituyó la “Sociedad Filarmónica de Santa Marta” (1849).

En la Independencia

En el siglo XIX, Santa Marta vuelve a adquirir notoriedad por un acontecimiento clave: fue el lugar donde falleció Simón Bolívar, el Libertador, el 17 de diciembre de 1830, en la Quinta de San Pedro Alejandrino. Ese hecho la vinculó de forma definitiva con la historia republicana de América Latina y la convirtió en símbolo patrio.

Banano, puerto y conflicto

A comienzos del siglo XX, Santa Marta vivió una etapa de bonanza con la expansión de las plantaciones de banano promovidas por la United Fruit Company. La región se convirtió en uno de los principales exportadores de banano del mundo, lo que trajo prosperidad pero también desigualdad y conflicto laboral. El episodio más recordado de esta época fue la masacre de las bananeras en 1928, cuando trabajadores en huelga fueron asesinados por el Ejército.

Durante las siguientes décadas, la ciudad consolidó su actividad portuaria, se expandió hacia el sur con nuevos barrios populares y se convirtió en punto de tránsito para productos agrícolas, minerales y mercancías. Sin embargo, la segunda mitad del siglo XX también estuvo marcada por la pobreza, la migración interna, el narcotráfico y el conflicto armado.

Así, Santa Marta ha pasado de ser un enclave estratégico del imperio español a una ciudad con potencial turístico, logístico y cultural. Una ciudad que lo ha vivido todo: la conquista, la gloria libertadora, el auge económico, el abandono y ahora, la posibilidad de reinventarse.

En Santa Marta circuló uno de los primeros periódicos económicos del país

Se trató de la Gaceta Mercantil, fundada y editada por Manuel Murillo Toro entre 1847 y 1860, un medio pionero en la difusión de noticias sobre comercio, exportaciones, navegación y precios. Su contenido fue clave para impulsar la actividad portuaria y agrícola de la ciudad en el siglo XIX, época en la que empezaba a consolidarse como un eje bananero y de conexión estratégica con Europa. Además de informar, la Gaceta Mercantil cumplió un rol formativo en temas económicos.