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Durante el Congreso Nacional Agropecuario, el Futuro del Agro 2026-2031, representantes del sector público y privado dialogaron sobre los retos y desafíos que enfrenta el sector agropecuario en el país
Congresistas coincidieron en la necesidad de la bancada agropecuaria
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Congresistas de distintos partidos coincidieron en que Colombia necesita una bancada sólida para garantizar seguridad jurídica, defensa del territorio productivo
En un país donde el sector rural sostiene buena parte de la economía, con un aporte de 6,3% del PIB nacional, según cifras del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, la creación de una bancada agropecuaria unificada dejó de ser una idea aislada y empezó a tomar forma como una necesidad nacional.
El abandono y la inseguridad reunieron a los congresistas Juan Felipe Lemos, Juan Fernando Espinal, Carlos Fernando Motoa y Juan Daniel Peñuela con la premisa de que llegó la hora de construir una agenda común para el campo.
“Si protegemos al campo y a los campesinos, si reivindicamos sus derechos, tendremos una mejor economía y evitaremos que migren”
Lemos, senador del Partido de la U, recordó que Colombia nunca ha tenido una bancada agropecuaria estructurada. Para él, esta ausencia ha provocado decisiones dispersas, improvisadas y sin planificación estratégica, “es muy importante que desde la SAC se promueva la creación de una bancada agropecuaria en el Congreso”.
El senador advirtió que esa falta de coordinación permitió que el Plan Nacional de Desarrollo (PND) incluyera artículos que entregan al Gobierno herramientas para incidir en el uso del suelo productivo, permitiendo la creación de las Appa (Áreas de Protección para la Producción de Alimentos) y Zappa (Zonas de Protección para la Producción de Alimentos), que para regiones como el Suroeste antioqueño, ha representado un riesgo directo a su vocación agrícola.
Motoa, senador de Cambio Radical, expuso cifras que reflejan el peso real del sector primario en la economía colombiana. Recordó que el empleo rural alcanza 14% de la población ocupada y que en 2024 los productos agrícolas estuvieron entre los más exportados del país.
Por eso insistió en que el Congreso debe ordenar y coordinar iniciativas que hoy están dispersas. El senador señaló que proteger al campesino y garantizar condiciones para la producción no es solo una tarea sectorial, sino un asunto económico y social, “si protegemos al campo y a los campesinos, si reivindicamos sus derechos, tendremos una mejor economía y evitaremos que sigan migrando a las ciudades”.
Espinal, representante a la Cámara por Antioquia de Centro Democrático, advirtió que el país atraviesa un “punto de quiebre”. Para él, la creación de la bancada debe verse como una oportunidad transversal que permita articular seguridad energética, alimentaria y física, “necesitamos construir una bancada agropecuaria sólida, como existe en Brasil”.
Peñuela señaló que la bancada agropecuaria no debe integrarse solo por congresistas. Para él, este proyecto debe incluir al sector privado, academia y productores, y debe convertirse en un espacio permanente de planeación. “El campo colombiano requiere más que una buena bolsa de recursos: necesita instituciones fuertes, técnicas y una política sectorial clara, con acciones a corto, mediano y largo plazo”.
Uno de los puntos más críticos del encuentro fue el debate sobre la jurisdicción agraria y las facultades que el gobierno pretende otorgar a la Agencia Nacional de Tierras. Lemos respondió con contundencia y advirtió que no hay ambiente para aprobar ese artículo.
Espinal, aseguró: “En el Centro Democrático ni lo dudamos. No podemos quitarles la competencia a los jueces para entregársela a un funcionario de turno. No hay punto de encuentro, ni consenso, ni equilibrio. Lo vamos a eliminar sí o sí”.
Peñuela recordó que, aunque son minoría, han frenado decisiones que afectan la institucionalidad y afirmó que el artículo no puede pasar. Motoa agregó que la ley ordinaria se ha usado para imponer criterios ideológicos y generar inseguridad jurídica, y que el Ejecutivo debería corregir la política de paz total, que mantiene zonas rurales bajo control criminal.
El debate también abordó el mal estado de las vías terciarias. Se recordó que el Gobierno prometió intervenir 33.000 kilómetros pero solo ha cumplido 10%.
Peñuela atribuyó el retraso a la rotación constante de ministros y directores, que frena la ejecución. Lemos dijo que la inversión en vías terciarias ha sido improvisada y cargada de ideología, con intentos de reemplazar convenios transparentes por figuras sin licitación y con menos recursos tras la reforma tributaria.
Motoa pidió una descentralización fiscal real y advirtió que la inestabilidad en el Ministerio de Agricultura impide cumplir metas necesarias.
Los congresistas coincidieron en que la creación de una bancada agropecuaria robusta es un paso imprescindible para defender la producción, ordenar las políticas públicas y garantizar que la voz del campo tenga un peso real en la agenda legislativa.
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