Con la paz en el limbo, Molson y Femsa evalúan exposición

Pero el fin de semana pasado, los colombianos rechazaron el acuerdo de paz entre el Gobierno y los guerrilleros. El peso cayó y aumentaron las probabilidades de que se rebajara la calificación crediticia del país. Esos acontecimientos están obligando a las compañías extranjeras a reevaluar los riesgos en un mercado que para muchos tiene un enorme potencial de crecimiento si su clase media puede continuar expandiéndose y se termina con la violencia.

Molson Coors, con sede central en Denver, dice que las consecuencias del referéndum no han modificado sus perspectivas de invertir en Colombia, que incluyen planes de trabajar con el coloso local de gaseosas Postobón SA para competir en el segmento de las cervezas ligeras. Y otras compañías internacionales, de Telefónica SA a Fomento Económico Mexicano SAB, hasta ahora no se han dejado intimidar por los últimos acontecimientos políticos de la nación andina. La pregunta es si el Gobierno puede reafirmarse después de este revés y pulir la imagen de Colombia como país prometedor para la inversión.

Aun cuando el tratado fue rechazado por escaso margen, el resultado del referéndum fue aceptado por la mayoría de los colombianos y quienes participaron en la elaboración del acuerdo de paz se han comprometido a seguir trabajando en él. El resultado refleja la fortaleza de la democracia colombiana, dijo una persona con conocimiento de la posición de Telefónica, uno de los operadores  más grandes del país. Colombia representa el 2,8% de las ventas totales de la telefónica con sede en Madrid.

Femsa, la mayor cadena de comercios de formato pequeño y la embotelladora de Coca-Cola más grande de América Latina, apuesta a que el Gobierno continuará con sus planes de reforma y está a favor de una “reforma estructural no discriminatoria que es progresista, alienta la inversión, promueve el crecimiento industrial y ofrece garantías judiciales”, dijo la compañía.

La oficina de comunicaciones de Femsa dijo en un correo  que reitera su “compromiso con Colombia, sus instituciones y sus gobernantes, manteniendo nuestros planes estratégicos de consolidación en el país”.