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ECONOMÍA

Vivienda e infraestructura serían prioridades para la Vicepresidencia

domingo, 30 de marzo de 2014
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Colprensa

Luego de asegurar que Caldas, en una eventual reelección del presidente Juan Manuel Santos, podría contar con la primera etapa de Aerocafé, en la que hay que invertir $390 mil millones, Germán Vargas Lleras habló sobre la posibilidad de convertirse en el próximo vicepresidente de Colombia. 

El aspirante al segundo cargo del Ejecutivo nacional expresó que él mismo se encargaría de que las iniciativas de infraestructura en las que está comprometido el Gobierno se ejecuten con eficiencia. Dijo lo mismo con respecto a los planes de vivienda, a los cuales calificó como “revolucionarios”. 

Expresó que aspira a cambiarle la dinámica al cargo de vicepresidente, y confió en que si se logra un acuerdo con las Farc sobre justicia transicional, se tendría el apoyo de los colombianos y con ello la certeza de que se cumplirá la negociación. 

Un superministro 

El propio presidente Santos ha manifestado dudas sobre la figura del vicepresidente, que le gustaría más volver al designado… 

Yo también, en algún momento, fui crítico de la figura, pero llegamos a la conclusión de que si el país va a tener un vicepresidente deberá jugar un papel de coequipero en las tareas de gobierno. No un mero desempeño protocolario. Así lo han venido haciendo otros países como Ecuador y Estados Unidos, donde el vicepresidente se integra con unas tareas concretas, medibles, no para sustituir el trabajo de los ministros, sino para darle impulso a algunos temas en los que el Presidente quiere priorizar. 

¿Sería una especie de superministro para la ejecución de obras? 

Dedicado a los temas de vivienda y de infraestructura en concreto. Y, por supuesto, que ese término suena muy atractivo para mí, interesante, porque no me acoplaría fácil a la anterior figura de un vicepresidente vacío. 

Uno intuye que su proyecto personal y político es, realmente, buscar ser el próximo presidente, después de Santos… 

Dije en la anterior visita a Manizales que acompañaría al presidente Santos, que habiendo sido parte de su gobierno no tendría vacilación en cuanto a no ser candidato, sino que participaría en la consolidación de su trabajo. Así fue. No nos anticipemos cuatro años. 

Pero su idea sí es convertirse en Presidente… 

Sí, pero yo también comprendo que esta es una sociedad que cada vez se fragmenta más y cada uno tiene que contribuir a que eso no ocurra. Para mayor claridad, a nivel nacional no podemos repetir la experiencia de Bogotá, donde una minoría impuso un alcalde y los resultados ya los conocemos. 

En un eventual próximo gobierno, ustedes van a tener una oposición importante con Uribe en el Congreso, ¿cómo creen que se dará esa relación? 

Será una relación institucional. Eso significa que el senador Uribe y los miembros de su partido tendrán todas las garantías para ejercer la oposición, y qué deseable sería que en la próxima legislatura pudiéramos expedir un estatuto de la oposición con todas las garantías para su libre ejercicio democrático. La oposición puede cumplir un papel en materia legislativa y de control político que será atendido y respetado como hemos hecho con los sectores de izquierda en estos cuatro años. No se puede olvidar que en el trabajo parlamentario el Gobierno conservará las mayorías que garantizan la gobernabilidad. 

Esperanza en la paz 

Una bandera, sobre todo del Centro Democrático, es atacar el proceso de paz, y las Farc persisten en hacer cosas que minan la confianza en los diálogos, como el asesinato de dos policías indefensos. ¿Eso no daña su campaña? 

Debemos esperar que terminen las negociaciones. Este gobierno tomó la decisión afortunada de adelantar un diálogo sin tregua, y de hecho los más duros golpes a las Farc fueron propinados por esta administración, la caída de Jojoy y la de Cano, y regularmente las Fuerzas Militares les dan golpes contundentes. Esa fue una decisión acertada: negociar sin bajar la guardia. Si llega a feliz término, creo que no habrá colombiano que no esté complacido con la desmovilización de esa estructura y la entrega de armas. Si eso no ocurre, no se habrá cedido ni un centímetro de terreno en el propósito de desarticularla, por la razón o por la fuerza. Si funciona la razón y se logra un acuerdo, nos habremos economizado varios años de conflicto. 

Con el crimen de los policías se recordó que el presidente Santos dijo estar dispuesto a terminar los diálogos, si había un ataque contra un personaje importante. ¿No es ese un compromiso muy complicado? 

Si se decidió negociar en medio del conflicto, es natural que ocurran hechos lamentables, pero también se reconoce que el Gobierno le sigue propinando golpes muy duros a esa estructura criminal. Hay que comprender el escenario para concluir que si eso se va a materializar todos quisiéramos que no se prolongue indefinidamente. Tengo la sensación de que resuelto el tema electoral, refrendado el mandato del Presidente como interlocutor, probablemente se acelere el ritmo de la negociación. 

Hay un problema con los tiempos. De un proceso de meses ya vamos en cerca de año y medio. ¿Eso en qué va a parar? 

No estoy muy familiarizado con el proceso, que se ha concentrado en los negociadores, pero uno tiene que comprender que la agenda es compleja, que hay temas espinosos y que esa es una estructura con comunicaciones internas no muy fluidas. Podemos prever que en los próximos meses se evacue el más espinoso tema: la justicia transicional, que es el corazón del asunto. Creo que si hay acuerdo en ese tema y la nación colombiana lo respalda, se puede tener la certeza de que se firmará y cumplirá la negociación. 

Esta campaña se ha centrado en el tema de la paz, pero según encuestas, lo que más les preocupa a los colombianos es el empleo, la salud… 

El Gobierno también comprende la como avances en lo social, en vivienda, en agua, en el sector rural... Esa es la verdadera paz que queremos. Y en temas de seguridad la gran preocupación de los colombianos no son ni siquiera las Farc, sino la seguridad ciudadana que es donde el Gobierno quiere cada vez concentrar más esfuerzos. 

Café y TIC 

Frente al apoyo que siguen pidiendo los cafeteros, Germán Vargas Lleras dijo estar sorprendido por la posibilidad de que se realice un nuevo paro el próximo mes. "Están aprovechando la coyuntura del debate electoral. Qué injusto sería, cuando para este año se refrendó el apoyo directo al sector cafetero por $1,4 billones, al igual que lo fue en el 2013 con subsidios directos y en créditos", expresó. 

Agregó que los cafeteros también se vienen recuperando, gracias a las nuevas circunstancias de la tasa cambiaria, los precios y el volumen de las cosechas. 

Con relación a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), en las que Manizales ha venido ganando espacio, pero en las que aún falta mucho por hacer para convertir a la capital de Caldas en una verdadera ciudad digital, el aspirante a la Vicepresidencia manifestó: "El plan de política pública para ese sector es muy ambicioso y será anunciado pronto. Qué bueno que se hiciera en Caldas, donde se invirtieron $47 mil 900 millones. Ahora a todos esos avances hay que darles contenido, sobre todo en el sector educativo".  

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