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Los primeros rechazan el uso de tabletas y los segundos las piden.
Dos paros son los que enfrenta el sector transporte: a un lado están los pilotos y en el extremo opuesto los taxistas. Y aunque ambos grupos viven de prestar un servicio de movilidad a los usuarios, los primeros cumplen 36 días de huelga, motivada por un pliego de peticiones donde mayor seguridad social y más tecnología en su trabajo son las ideas principales, los segundos llevan 24 horas de una protesta indefinida en la que rechazan las herramientas tecnológicas y no hacen ninguna solicitud en seguridad social. En otras palabras, mientras los pilotos piden una tableta o un portátil para teletrabajar, los taxistas se rehusan a usar plataformas.
Aunque es una de tantas diferencias, de acuerdo con Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística, Movilidad y Territorio de la Universidad Nacional, resulta curioso que los taxistas defiendan más un negocio que sus propias condiciones laborales o mejor calidad de vida como lo es en el caso de los pilotos de Avianca: “Mientras los pilotos defienden unas condiciones laborales de bienestar, los taxistas están defendiendo unas condiciones de su ingreso, no de salario, sino del que reciben por pasajero sin estar regulados por una legislación laboral que los proteja. Defienden un negocio a pesar de su condición laboral”, destacó Rojas.
De hecho, al hacer una revisión rápida de las peticiones de los pilotos, están más orientadas a la calidad del trabajo: tiquetes ilimitados para pilotos y familiares; servicio médico para toda la familia; aumento salarial de 20% y $6 millones adicionales con motivo del cierre de la negociación; que Avianca asuma 70% del valor de la retención en la fuente mensual, entre otros.
Por el contrario, las cinco peticiones del paro de taxistas son que se acabe la ilegalidad en el transporte; no están de acuerdo con el decreto 456 de 2017, el cual se refiere a la implementación del uso de plataformas tecnológicas para el reporte de la información del servicio de transporte público terrestre.
Además, no están a favor de las tabletas para liquidar las tarifas de taxi, puesto que “son unas lápidas para los conductores”; no están de acuerdo con los carriles preferenciales; y exigen que el Ministerio de Transporte presente un proyecto de ley que cree sanciones “ejemplares” contra la ilegalidad.
Al respecto, Iván Daniel Jaramillo, profesor del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, contó que en 2014 se intentó, por un decreto, regular la afiliación obligatoria para que pudieran circular en el país, pero es un tema que en el trámite demostró las dificultades de incorporar a los taxistas en el tema de la seguridad social.
“Normalmente, los taxistas ven en la afiliación y los aportes a seguridad social un costo que disminuiría su utilidad, entonces para ellos no es tan atractivo el tema de seguridad social. Así mismo, su lógica de trabajo difícilmente puede entrar al sistema de seguridad social”, afirmó Jaramillo.
Así mismo, Rojas destacó que mientras los pilotos están amparados por un sindicato que los representa, en el caso de los taxistas no están en un sindicato sino en un gremio disperso, lo cual hace que sus peticiones sean más de carácter colectivo.
No obstante, uno de los principales reparos es con la implementación de plataformas tecnológicas, en donde también hay puntos a favor y en contra.
Para Stefanía Hernández, gerente de Taxis Libres, el uso de las tabletas es muy útil en el propósito de brindar un mejor servicio (una queja recurrente de los usuarios), porque “tiene la información del taxista, se puede preliquidar el servicio, tiene los datos de origen y destino y estarán ancladas a la silla”.
Sin embargo, según José Alejandro Hernández, gerente de Tax Express, “el uso de tabletas puede ser un atractivo para que los delincuentes roben a los conductores”. Así mismo, “la digitalización del taxímetro es difícil si se sabe, por ejemplo, que los conductores de Uber tienen una aplicación para adulterar las tarifas”.
Cabify y Uber manifestaron su posición ante paro
El director de operaciones de Cabify, Manuel Torres, dijo que respeta la posición y el derecho a la protesta pacífica de los taxistas, pero mostró su desacuerdo frente a “las acciones violentas y conductas delictivas que suelen presentarse durante estas jornadas de manifestación” contra sus conductores. El directivo agregó que espera que el Gobierno “siente una posición fuerte y coherente con las necesidades de movilidad que tienen las ciudades para que se resuelva pronto esta situación”. Uber señaló que cada ciudadano es libre de escoger cómo movilizarse e invitó a sus usuarios a preparar con tiempo los viajes y a usar UberPool.
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