“Santos es más estadista que buen candidato”, Darío Arizmendi

El director de 6 a.m. Hoy por Hoy, Darío Arizmendi, es el líder indiscutible de los noticieros de radio. Nadie, ni dentro ni fuera de su grupo periodístico, amenazan su largo reinado.

¿Se trabaja mejor cuando los dueños de la emisora son grupos periodísticos o cuando son empresariales con múltiples intereses?

Se trabaja mejor si el grupo, como Prisa, hoy en una situación económica terrible, ha tenido siempre las inversiones en comunicación. Cuando, además, tienes perfectamente establecido cuál es tu norte: un profundo respeto por directores y periodistas, que es lo que hemos sentido nosotros. Ni una recomendación, ni una llamada, ni una advertencia, hemos hecho el periodismo que cada uno hemos sido capaces de hacer. Yo, que he trabajado al servicio de grupos empresariales, tengo que decir que este es el mejor modelo. Porque en la medida en que el medio periodístico es económicamente sólido, es menos influenciable por lo político, los negocios o por otro tipo de cosas.

Es un secreto a voces que Prisa intenta vender su grupo de radio y que una petrolera, un multimillonario y un conglomerado empresarial están interesados. Todos quieren Caracol, pero no otros lastres de la región. Si pudiera elegir, ¿por cuál se inclinaría?

Si en mis manos estuviera, entregaría mi fortuna para salvar el Grupo Prisa. Ahora, el mundo es de realidades, no lo que uno quiere. Nadie podrá comprar Caracol sola porque le aporta caja a Prisa, que es lo que no tiene, y vendiéndola sola, con lo que sacan no daría para tapar el hueco. Si venden todo el grupo Prisa radio, con México, Bolivia, Chile, etcétera, eso les ayuda.

¿Por qué RCN es incapaz de comerles oyentes? En TV juegan de tú a tú con Caracol, pero en radio la diferencia es abismal.
Yo no lo entiendo. Lo repican gratis en RCN Televisión y los medios que tienen, mientras nosotros no hacemos publicidad porque no tenemos dinero, hace rato que aquí no se compra un computador. Yo deduzco que la diferencia es humana. RCN se robó más de veinte profesionales, mi brazo derecho, el izquierdo, se los llevaron, no los pudimos atajar, no teníamos cómo pagarles el dineral que les ofrecieron. Aquí siempre, no desde ahora, se ha hecho un periodismo de calidad, Caracol ha estado a la vanguardia en originalidad, en crear un lenguaje, un estilo, buenos profesionales.

¿Pero tanta diferencia? Ellos también tienen gente muy buena y ustedes los triplican o doblan.
Es como, ¿por qué Coca-Cola vende más que Pepsi? Pues sí, es la fórmula, pero, ¿todo son los secretos de la fórmula? (risas)

Ustedes le hicieron a Juan Manuel Santos, candidato, la entrevista más dura que escuché, le llamaron pícaro, ¿qué cambió del pícaro al Presidente?
Hay que decir que a Juan Manuel Santos no le distingue el don de la palabra ni como candidato ni Presidente. Los grandes problemas que ha tenido, la gran diferencia con Uribe, es esa capacidad de liderazgo, de ejecutar, de proponer. Pero hay que reconocer que es más estadista que buen candidato. Y hay muchas de la cosas que a me seducen: su sentido liberal, su interés por tener una sociedad más equitativa, igualitaria; el manejo económico, el de las relaciones exteriores en general, su persistencia en el tema de la paz, que creo que lo va a sacar adelante, seguramente a un costo elevado.

Cuando llegó Prisa se rumoró que lo iban a sacar. Ahora el rumor es que se quiere ir y no le dejan.
A mí me están sacando desde que entré, pero los resultados hablaron por sí solos desde el principio. Con enemigos, cuero duro, paciencia, profundo respeto por los críticos, ganándome la gente de adentro, y haciendo cambios muy lentos, bien pensados en función del periodismo que yo quería hacer. Había interrogantes por parte de Prisa cuando llegó, pero evaluaron, empezaron a ver otras posibilidades y llegaron a la conclusión de que yo tenía cuerda para rato. Y las veces que me he querido retirar no me han dejado.

Una rápida definición de los últimos Presidentes.

Samper
Lo mató el elefante.

Pastrana
La paz frustrada.

Uribe
Nos trajo seguridad pero lo mató el ego al querer la reelección y no una, sino hasta la tercera y quién sabe cuántas más.

Santos
Un hombre bien intencionado.