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Luis Fernando Medina, embajador de Colombia ante la Ocde
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Luis Fernando Medina, embajador de Colombia ante la Ocde, dijo que con el ingreso del país a la organización se le ha puesto la lupa a temas como la informalidad
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, lideró su foro anual en Barranquilla, donde pudo conocer de primera mano cómo va Colombia en aspectos sociales, comerciales, y de desarrollo, que son las banderas de la entidad y lo que buscan promover entre sus naciones miembro.
Luis Fernando Medina es el embajador de Colombia ante la Ocde, y dijo que estos espacios permiten proyectar mejor al país internacionalmente, y que con Colombia se han impulsado estrategias para combatir “fenómenos” como la informalidad, además que han apoyado la construcción de las reformas.
La Ocde viene cumpliendo su papel de apoyo al país en muchos frentes. Ha ayudado en la construcción de varias reformas como la tributaria, la laboral y la pensional. A veces esa labor es silenciosa, pero no por ello deja de ser importante. Por ejemplo, en los próximos días tendremos una conversación técnica, sobre cuáles han sido las dificultades de la contención de costos en el sector salud en todo el mundo, incluidos países como Colombia que tienen sistemas de competencia administradas.
La Ocde está interesada en seguir explorando los temas de economía popular y aprender, junto con Colombia, de las experiencias de otros países, en otras regiones del mundo, tales como África, Asia y el Medio Oriente.
La entidad me ha designado personalmente para que lidere un proceso de reflexión sobre los retos del desarrollo ante los retos del cambio climático, la digitalización y las transformaciones demográficas.
Será un espacio para que Colombia tenga interlocución con otros países, no solo con sus gobiernos, sino con la sociedad civil y la academia.
No se trata solo de que la Ocde nos “enseñe.” Se trata también de que nosotros contribuyamos al diálogo multilateral en un momento en el que tanto se necesita. No hay que olvidar que Colombia es un país muy respetado en la esfera internacional por su capacidad de interlocución con los distintos bloques.
Sí, sin duda. Pero se podría beneficiar más. La Ocde es, ante todo, un centro de pensamiento con una enorme capacidad de convocatoria. Por tanto, tener acceso a la capacidad analítica de la Ocde, combinada con su capacidad de darle proyección global a su trabajo, es algo de lo que nos podemos beneficiar muchísimo. La gente se suele quedar con la idea de que a la Ocde vamos a “aprender buenas prácticas”, pero la pertenencia a la Ocde va más allá. Es lo que nos da la capacidad no solo de aprender sino de enseñar y de que nuestras visiones vayan adquiriendo relevancia global.
Por ejemplo, la Ocde históricamente se había mostrado muy preocupada por los temas de informalidad, pero no sabía como abordarlos. Sus enfoques eran muy rígidos, muy apegados a la experiencia de los países ricos.
Hoy en día, de la mano de Colombia, se está interesando en entender la complejidad del fenómeno, sus causas profundas y la manera de superarlo más allá de cambios puntuales al código laboral y tributario.
Algo similar podemos lograr en otros temas, como por ejemplo, finanzas climáticas e inteligencia artificial.
Eso quisiera saber yo. Tal vez es por desconocimiento. En esto tal vez deba hacer un autoreproche. Cuando llegué al cargo de embajador, pensé que ya la Ocde era un tema mucho más asimilado por las distintas autoridades y tal vez por eso nos ha tomado tiempo avanzar en ese sentido. Pero ahora entiendo que falta mucho por hacer. Foros como este de Barranquilla son fundamentales en esa tarea. Es algo que tenemos que continuar.
Se trata sin duda de una reunión muy exitosa que fortalece los lazos de Colombia con la Ocde y que demuestra que este relacionamiento involucra a todo el país, incluidos los gobiernos subnacionales.
El año pasado en Bogotá se hizo una conferencia ministerial Ocde sobre temas de inclusión social en la que se resaltó la importancia de la economía popular en la construcción de mecanismos de inclusión y de lucha contra la informalidad.
En esta reunión ese mensaje se amplifica, llevándolo a espacios distintos y ahora con más involucramiento de la Ocde, que cada vez se lo toma más en serio. Además, ha sido un reconocimiento a la manera en que las políticas locales ejecutadas juiciosamente pueden transformar una ciudad.
No hay que olvidar que la Ocde ha sido por muchos años pionera en el análisis del desarrollo local, por lo que es muy importante que ahora esa misma organización haya puesto el foco en lo que ha venido ocurriendo en el país.
También ha sido una manera de proyectar a Colombia al mundo, especialmente a Barranquilla que dio un ejemplo de organización y de acogida.
“Foros como el de la Ocde abren oportunidades para conectar lo local con lo internacional. Que seamos escuchados en otros escenarios. Además de aprender, en doble vía, de las buenas experiencias”.
Los análisis técnicos de la Ocde son de muy buena calidad y las entidades del Estado tienen mucho que aprender de ellos. La oportunidad de dialogar con tomadores de decisiones de otros países que se enfrentan a problemas similares a los nuestros es algo tal vez intangible ya que muchas veces ocurre es en los pasillos más que en las reuniones.
La Ocde no “vigila” organizaciones de los países. Les ayuda a mejorar sus prácticas y su funcionamiento. La impresión de que la Ocde estaba “vigilando” esta o aquella entidad puede venir del hecho de que cuando Colombia ingresó a la Ocde adquirió unos compromisos post-acceso, pero esos compromisos ya se han ido cumpliendo en varios frentes.
A medida que se han ido cumpliendo esos compromisos, se han ido archivando, por así decirlo, y Colombia sigue operando dentro de la organización como cualquier de los otros países miembro.
Luis Fernando Medina es un economista graduado de la Universidad de los Andes, y es filósofo titulado de la Universidad Nacional. También cuenta con un magíster y doctorado en economía, ese último título fue otorgado por la Universidad de Stanford. Ha sido profesor en varias instituciones, principalmente en el departamento de ciencia política de la Universidad Carlos III, la Universidad de Virginia, Chicago, entre otras. También ha escrito varios libros como: “Una teoría unificada de la acción colectiva y el cambio social”, “Más allá de la paradoja de la participación” y “Socialismo, historia y utopía”.
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