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El termómetro de precios de la canasta familiar LR muestra que los precios de algunos alimentos empiezan a tener tendencias a la baja
Según el último reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, la variación anual del IPC de alimentos y bebidas presentó una disminución pasando de 26,17% en abril a 21,60% en mayo, una cifra que, aunque menor, sigue siendo alta.
“Esta variación es altísima y es consecuencia de las crisis de las cadenas de suministros, la reducción de áreas sembradas, los costos de los insumos y el mal clima”, explica Jorge Bedoya, presidente de la SAC.
Según expertos, el mal clima ha llegado a afectar a varios productos de la canasta familiar y en este primer semestre los precios en los alimentos entraron en un vaivén constante, subiendo en la primera temporada del año y encontraron una pequeña estabilidad en mayo, momento en el cual los precios al consumidor dieron una tregua. El último registro del termómetro de precios de la canasta familiar LR revela que son más los alimentos que empiezan a tener variaciones representativas a la baja. Alimentos como el limón, la papa, la arveja y el plátano han favorecido al bolsillo de los colombianos, explica Pedro Triviño, coordinador de precios de Corabastos. Estos alimentos tuvieron variaciones de -77%, -53%, -31% y -48%, respectivamente, desde mediados de marzo hasta finales de junio.
La papa, uno de los cultivos más importantes en Colombia, con un consumo per cápita de 57Kg por persona al año, fue el producto que más cambios en su precio tuvo, llegando a preocupar a varios consumidores. El termómetro refleja un alza en el producto hacia mediados de abril, en mayo muestra estabilidad y, finalmente, una tendencia a la baja.
Este comportamiento es normal, explica Germán Palacios, gerente general de Fedepapa: “la papa tiene dos cosechas al año, la primera es pequeña por eso suben los precios; la segunda, la grande, sale a mediados de junio”. Este año, la segunda cosecha se adelantó porque Colombia lleva 26 meses seguidos con niveles de lluvias mensuales que superan ampliamente lo que ha sido el promedio histórico de cada mes, lluvias que aumentaron para mayo, momento en el cual los precios empezaron a bajar. Esto se explica porque la papa es un alimento que es 80% agua y se alimenta de ella, los agricultores aprovechan esta condición y adelantan la recolección.
Sin embargo, este no es el caso de todos los alimentos y, a nivel general, hay un descontento por los precio. Esto lo explica la radiografía de precios realizada por el Grupo Bancolombia, según la cual la tendencia ha crecido desde la pandemia, momento en el cual se empezaron a realizar políticas de abastecimiento local y control de precios internos. Este hecho se reforzó mucho más con los problemas en la logística marítima, el aumento de los precios de los agroinsumos y el conflicto entre Rusia y Ucrania, situaciones que generan mucha incertidumbre en el sector. Esto, sumado al mal clima, que perjudica más a la canasta familiar de lo que la alivia, ha provocado que algunos precios se mantengan al alza.
Este es el caso de la papaya, yuca y lulo, que tienen variaciones de 36%, 22%y 16%, respectivamente. “En el caso de la yuca vemos una inflación que no ha corregido y que sigue muy costosa, con una inflación anual 102,98%: estamos pagando poco más del doble del precio que pagábamos en el mes inmediatamente anterior”, dijo Juan Daniel Oviedo, director del Dane, en el informe del IPC.
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