"El aguacate Hass hoy en día es la tercera fruta más exportada de Colombia"

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Durante el el Foro LR, Finanzas para el Desarrollo: el poder de la asociatividad, se llevó a cabo el panel 'Beneficios de los esquemas asociativos y estrategias para eliminar barreras de acceso al crédito'.

El encuentro contó con la participación de Gerardo Silva, presidente del Banco de Occidente, Katheryn Mejía Vergel, presidente ejecutiva de Corpohass, Javier Suárez, presidente de Davivienda y Germán Bahamón, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.

Suárez señaló “todos sabemos que el crédito fluye bien para el mundo agroindustrial, el gran reto es llegar al grupo de clientes más pequeños que son los asociativos. Hay avances con un crecimiento de más de 80% en créditos asociativos que Finagro ha desembolsado en 2024, frente a 2023, 20% desembolsados por Davivienda”.

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Añadió también que en temas de requisitos financieros, de institucionalidad de las asociaciones, en educación financiera, hay un camino grande por hacer.

Por su parte, Silva dijo que el problema no es el crédito o la tierra, "es más que eso, el problema es de pasión, hay tres actividades en la vida que necesitan pasión, ser médico, sacerdote y agricultor".

Agregó que han llegado a 10.000 pequeños y medianos campesinos los últimos dos años, "hemos desembolsado $500.000 millones, y la meta este año $400.000 millones porque hay valor”.

El presidente del Banco de Occidente puntualizó “lo que nos falta es ponernos de acuerdo unos con otros, para lograr una integración positiva para desarrollar el campo colombiano, el modelo es perfecto, hay que motivarlo y moverlo”.

Mientras que Mejía explicó que tienen una gran responsabilidad desde los gremios. Agregó que el aguacate Hass hoy es la tercera fruta más exportada de Colombia, "en menos de 12 años ya es la segunda fruta que más ingresos le genera al país”.

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Añadió que cuando se miran las barreras, se encuentran que la primera es cómo lograr que el sistema se ponga más las botas y vaya al campo a conocer al realidad de los sectores, esto con el fin de entender los ciclos de producción y los periodos de gracia que necesita cada uno.

“En Colombia la tenencia de la tierra es muy compleja, entonces los pequeños productores no tienen garantías reales. Cuando nuestras asociaciones están escuchando estos paneles dicen hay mucho dinero, pero cuando intentan acceder a él se encuentran con estas barreras”, señaló Mejía.

Por su parte, Bahamón indicó “la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia es muestra de la asociatividad con 550.000 caficultores representados”. Y agregó que no hay ningún producto agrícola en Colombia que tenga garantía de compra, "y eso es posible a través de los créditos que nos dan los bancos, el año pasado compramos $4 billones en café y todo con dinero de la banca”.

Bahamón explicó que necesitan crédito, y que ellos lo usan para comprar la materia prima, pero también lo necesitan para la transformación in situ, "la agroindustria del café”.

“El gran problema de la caficultura que para acceder a crédito se necesita la garantía, 55% de las familias no tienen un título de propiedad de la tierra, en los últimos cuatro años hemos entregado 3.000 títulos de propiedad hechos por nosotros, pero más allá de la compra es la formalización rural”, apuntó Bahamón.

“Es importante buscar que la tierra en Colombia tenga dueños, y la tarea es entregarle los títulos de propiedad a las familias caficultoras para que tengan acceso al crédito”, explicó el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.

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Suárez indicó que en el mundo del agro las garantías son necesarios pero no suficientes, señaló que lo más importante es que el negocio tenga sentido, que los componentes de la cadena estén articulados.

“Tenemos que mutar del crédito individual al asociativo, el individual es más complejo, pero cuando asocias y hay un comprador, un proveedor de tecnología y los vuelves un ecosistema es poderoso”, completó Silva.

“Le enseñamos a nuestros productores que esto tiene que ser un negocio con vocación exportadora, porque la exportación nos da la formalidad y esto viene desde conformar una empresa con todo lo que requiere, la contratación formal y el cumplimiento de la normativa ambiental. Tener a un exportador conectado con una cadena de proveeduría sostenible es lo que le da la garantía al sistema financiero para que puedan prestar los recursos con mayor tranquilidad”, señaló Mejía.

Bahamón indicó que necesitan crédito, capital y trabajo para ser más productivo, "luego necesitamos bajar los costos, el costo de recolección es muy alto y la gente ya no quiere recoger café. Necesitamos conectar el productor con el mercado y que el intermediario este menos presente en esa cadena”.

“El campo hay que volverlo industrial en el sentido que hay que eliminarle esas volatilidades con soluciones técnicas, que es más un tema de articulación institucional. Estamos viendo las oportunidades financieras para el pequeños productor, las asociaciones, pero también para el recolector, la tecnología para transformar el campo aún tiene un campo por recorrer”, concluyó Suárez.