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La ley de financiamiento atraviesa su etapa final
El ministro Germán Ávila hizo un recuento de lo que estarían dispuestos a modificar y aquellos que generarían mayores ingresos al país
Esta semana se reanudan las discusiones y votación de la ley de financiamiento promovida por el Gobierno y a propósito de ello, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, en una columna para LR, detalló lo que estarían dispuestos a modificar para que finalmente se apruebe este proyecto con el que buscar recaudar $16,3 billones para financiar una parte del Presupuesto General de la Nación.
El jefe de la cartera económica explicó que estarían dispuestos a revisar la exclusión total del impuesto al consumo de bebidas alcohólicas, particularmente para la cerveza; y quizá la eliminación del impuesto al carbono en los $100 que impactan el precio de la gasolina.
Esto abriría una nueva posibilidad para que la ley de financiamiento siga su curso en el Legislativo y no se hunda en las comisiones económicas de Cámara y Senado. Pues hay que recordar que el impuesto al carbono y a la cerveza han sido entre los que más debate y oposición han generado desde que se radicó la reforma tributaria a comienzos de septiembre.
Hay otros apartados de este proyecto que han generado oposición, como es el caso de los tributos financiero, y el aumento de la base gravable del impuesto al patrimonio. Sobre la primera oposición, Ávila insistió que aún se encuentra entre los sectores con menor tributación.
“Este sector se tributa con tasas efectivas de alrededor de 17%, mientras que los sectores de comunicaciones, industria y agricultura lo hacen a 28%, 27% y 26% respectivamente. Pero, además, sus utilidades han crecido extraordinariamente. A septiembre registraron $111,4 billones, mientras que para el mismo periodo de 2024 obtuvieron $95,2 billones”, explicó en el texto.
Sobre la preocupación por los cambios en el impuesto al patrimonio, el ministro aseguró que no están tocando los ingresos de la clase media, tampoco de los pequeños empresarios, que son los que componen gran parte del tejido empresarial del país.

Insistió que esta tributación es para un reducido número de personas, cuyo patrimonio supere entre los $6.000 millones y $148.000 millones. Por eso, dejó la siguiente interrogante: “¿Acaso no es justo que personas con tal riqueza contribuyan mucho más al financiamiento de los bienes y servicios sociales?”.
El Gobierno está haciendo todos los esfuerzos para que este proyecto, que de seguir su curso, se definirá en las sesiones extraordinarias del Congreso. Por eso, Germán Ávila destacó cuáles eran los apartados que aportarían mayor dinero para costear los gastos de la Nación.
Aseguró que estiman recoger aproximadamente $3 billones por el impuesto al consumo sobre bebidas alcohólicas y tabaco.
Ha insistido fervientemente en mantener el impuesto al patrimonio, porque según sus cálculos, los tributos que dejarían las riquezas superiores a $2.600 millones le dejarían al país ingresos por $2,2 billones. Sin embargo, aclaró, que el mayor recaudo lo dejarían los que tienen fortunas superiores a $6.200 millones
Destacó que el tercer impuesto que le dejaría importantes dividendos al país es el que se aplicaría a personas jurídicas con las mayores tasas a las instituciones financieras y al carbón, con un recaudo por $1,3 billones.
Es decir, que por estos tres impuestos, el Gobierno esperaría la obtención de $6,5 billones, mientras que la ley que cuenta con más de 70 artículos se busca aprobar por $16,3 billones.
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