“Empresaurios le temen al libre mercado” afirmó Gloria Álvarez

¿Cree que Colombia debería tener un presidente con un enfoque más de empresario?

Primero, los problemas de América Latina no son por el presidente que tenemos, son institucionales, profundos y empiezan en las constituciones porque son incongruentes. Lo que te garantizan en un artículo, te lo quitan otro.

Cuando los empresarios se han metido a ser políticos han sido nefastos. La labor del empresario no es abandonar la empresa para irse a hacer política.

¿Cuál es, entonces, la labor de un empresario?

Así como hay responsabilidad social empresarial, debe haber responsabilidad cívica empresarial. La labor del empresario es apostar por los tanques de pensamiento, por los activistas, por el liderazgo, que se especialice en estudiar política, filosofía, economía entre otros, para que se dé la batalla de las ideas. Debe apostarle a eso.

La segunda labor que tiene el empresario, es decir, el que le apuesta a la libertad económica, el que no le tiene miedo a la libre competencia, es desenmarcarse del empresaurio, aquel que levanta el teléfono y le pide al burócrata un subsidio, un arancel, una traba para el que viene de afuera. Los empresaurios le tienen pánico al libre mercado, a que prime la voluntad del consumidor.

¿En América Latina hay más empresaurios que en Europa?

No sé si haya más, pero se han organizado mejor. Incluso, la economía más libre, que es Estados Unidos, es víctima del lobby. Esa es otra cosa de la que se quejan los latinos, los monopolios. Creen que cuando hay libre competencia hay más monopolios y no hay nada más mentiroso que eso.

Cuando hay libre mercado, cualquiera te puede poner competencia y mandarte a la quiebra. Los monopolios se quedan cuando hay una oligarquía que recibe favoritismos.

La gran contradicción de los latinoamericanos es que detestan el libre mercado y los monopolios, pero lo que le da más fuerza a los monopolios son los mercados protegidos.

¿Cuáles son los pro y los contra de que los empresarios terminen siendo jugadores políticos?

Los contra es que no entiendan de política y que quieran llegar a gobernar con las reglas de su propia empresa. Ahí va a haber un choque porque los gobiernos no producen nada.

La mentalidad que sí funciona para los Estados latinoamericanos es preguntarse qué es lo que está funcionando y qué es lo que es desperdicio. Es necesario para administrarlo mejor.

En un medio de comunicación dijo: “algunos empresarios hacen con su país lo que nunca harían con su empresa … arriesgan el largo plazo”. ¿Cree que el empresario es un irresponsable desde el punto de vista político?

En América Latina, sí. Cuando un empresario quiere contratar a alguien busca el mejor perfil, pero a la hora de financiar políticos, no tienen en cuenta los mismos aspectos, no mira si tiene historial de corrupción.

¿El progreso de un país está asociado a tener empresarios claros y transparentes?

Absolutamente. Los empresarios son los motores, no hay otra forma de salir de la pobreza que no sea con la creación de empleo. El dar pescados, nunca ha sacado a la gente de la pobreza, es que la gente puede pescar. Los empresarios son los primeros que tienen que dignificar la actividad empresarial.

El sector privado en Colombia se queja mucho del pago de impuestos ¿no es una doble moral autodenominarse capitalista y no querer pagar sus impuestos?

Lo que pasa con América Latina es que tenemos economías informales de hasta 70%, donde el único impuesto que pagan es el IVA. Para mí el problema, es que muy pocos pagan mucho y muchos pagan poco.

La mejor manera de resolverlo es un flat tax porque si se desburocratiza el gobierno, las cuentas van a salir más baratas y no va a haber presupuestos deficitarios. Así, se asegura que, sin importar su condición económica, el porcentaje sea el mismo. Si se dejan pocos impuestos, todo el mundo paga.

Por ejemplo, Estonia ha recaudado mucho más desde que tiene ese modelo, mientras que en América Latina castigamos al que es más productivo.

¿Qué lección empresarial deja el caso de Venezuela?

Primero, la falta de entendimiento de cómo funciona la economía. El empresariado venezolano sigue diciendo que el problema no es el socialismo sino la corrupción. Todo socialismo devenga en corrupción. Segundo, los empresarios han abandonado la batalla cultural.

¿Cuáles son los clichés económicos que utiliza el populista para ganar y mantenerse en el poder?

El primero es que el gobierno crea empleos. Las empresas son las que crean empleos. El segundo cliché es hablar de casas gratis, comida gratis, todo se paga en algún punto.

¿Aumentar el salario mínimo cada mes es otra estrategia de los gobiernos populistas?

El salario mínimo lo único que logra es más desempleo, porque los salarios deben crecer con base en la productividad de la empresa y del trabajador. La contratación debe ser entre jefe y trabajador (cada quien haciendo su cálculo económico). Cuando viene un burócrata sin saber los costos de la empresa y pone decreto de salario, la economía colapsa, no solo por desempleo sino también por escasez.

¿Cómo combatir la corrupción?
Primero hay que quitarle funciones al Gobierno. Quitarle el monopolio de hacer infraestructura y lo hagan las empresas, que compitan, así eso implique más peajes, pero vamos a tener vías de calidad. Lo que deben hacer gobiernos es garantizar igualdad ante la ley, seguridad y justicia.

El perfil

Gloria Álvarez nació en Ciudad de Guatemala. Es politóloga, presentadora de televisión y locutora de radio. Realizó estudios de Relaciones Internacionales y Ciencia Política en la Universidad Francisco Marroquín, en la Universidad de Lovaina en Bélgica y tiene una maestría en Desarrollo Internacional en la Universidad Sapienza de Roma. En 2016 publicó su primer libro, ‘El engaño populista’, coescrito por el chileno Axel Kaiser. En 2017 acaba de publicar ‘Hablando con un progre’.