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Para entender en menos de cinco minutos el diagnóstico y la receta para reactivar la economía conseguimos un experto en simplificar la política monetaria y fiscal.
Se trata de Miguel Urrutia, exgerente del Banco de la República y actual docente de la Universidad de los Andes.
Con la paciencia y sabiduría que dejan 50 años de lidiar con la construcción del desarrollo económico desde diversos roles del sector público, Urrutia ilustra las medidas que deberían tomar el Emisor, el Gobierno y los empresarios para resolver problemas como la revaluación del peso y la reactivación del consumo.
¿Qué tan bueno y qué tan malo es tener una inflación por debajo de 2%?
Lo primero es ver si la inflación ha estado baja durante un periodo largo o si es una cosa muy temporal. En el caso colombiano me da la impresión de que es temporal. Lo que debe ocurrir es que el Banco debe mirar sus proyecciones de inflación y si se ve que hacia el futuro la inflación va a seguir baja, tiene capacidad de reducir la tasa de interés.
Entonces no es preocupante que la inflación esté por fuera del rango meta del Emisor.
Una cosa es que esté al 2% y otra es que esté cayendo como en Japón o en Europa, en este caso está muy cerca a la meta. Estando la inflación en ese nivel y habiendo cierta evidencia de que la economía para nada está recalentada, uno sí se imagina que el Banco tiene posibilidad de seguir haciendo política contracíclica, que es bajar la tasa de interés.
El descenso de la inflación también está relacionado con un menor consumo de los hogares.
No hay duda de que la economía está por debajo de su potencial de crecimiento, lo cual sugiere que hay deficiencia de demanda y que hay que tomar medidas para reactivarla.
¿Qué tanto espacio hay para seguir bajando las tasas?
El análisis de los índices sobre el estado de la economía que hizo recientemente Anif dice que están tibios mas no fríos, entonces eso lleva a pensar a que sí hay campo para actuar por parte de la junta del Banco, pero tampoco se imagina uno que sea el momento para medidas muy radicales.
Con este panorama, ¿hay razones para ser optimistas?
Hay ambiente y un poco el consenso para tomar medidas contracíclicas que no desestabilicen el largo plazo. El optimismo es que está sobre el tapete lo que hay que hacer y hay espacio para hacerlo.
Además de la reducción de las tasas y la compra de dólares, ¿qué más puede hacer el Emisor?
Eso es, pero eso es muy poderoso. Por primera vez en un rato importante está muy bien la inflación, entonces el Banco tiene muchas más posibilidades de acción.
Si el Banco está haciendo la tarea, ¿qué más debe hacer el Gobierno?
El consenso es que el ideal en Colombia en este momento sería acelerar las obras públicas, entonces un esfuerzo fundamental es agilizar la ejecución.
Eso está sobrediagnosticado, por qué no se aplica dicha receta
En este momento uno tiene la impresión de que hay muchos factores que dificultan el gasto.
¿Cuáles?
Todos los escándalos que se arman, el que todas las “ías” intervienen para tratar de que no se vaya a hacer algo que beneficie indebidamente a la gente y eso lleva a una paralización del Estado. Muchos de los presidentes se han desesperado con el hecho de que no se ejecutan los programas que plantean. Eso viene de atrás. Yo recuerdo cuando el presidente López Michelsen hablaba de la guerra contra la administración, es decir, la burocracia colombiana es difícil de mover. Y últimamente, particularmente.
¿Qué se puede hacer para superar este obstáculo?
Hay que pensar en reformas al Estado que hagan posible la ejecución cuando se necesita.
Los industriales y agricultores aseguran que las acciones para frenar la revaluación del peso no son suficientes.
La intervención cambiaria actual está alta, cercana a los US$1.000 millones al mes. Ahora, parecería que es un momento en que se puede hacer. No es usual que se pueda hacer intervención de ese tamaño.
Así que es mejor que se hagan a la idea de un dólar a $1.800.
La revaluación es complicada si el país no está aumentando la productividad. En los países en que aumenta rápidamente la productividad necesariamente hay revaluación y eso no es malo porque lo uno se compensa con lo otro. Un poco lo que estamos viendo es ciertos sectores con dificultades que dicen que la revaluación es el problema, pero el gran tema de fondo es que no crecen su productividad.
Y eso no se resuelve solo con subsidios.
Al contrario, el subsidio es una manera de compensar la falta de aumentos en productividad.
Las recetas para reactivar la industria y el agro
El exgerente del Banco de la República Miguel Urrutia aseguró que el reciente estancamiento de la industria es temporal y acorde a la dinámica que hay en el resto del mundo. “El mayor reto es aumentar la productividad del sector informal que tiene muy baja productividad y eso es lo que está retrasando la capacidad de desarrollo del país”, explicó. Frente a los problemas del agro, señaló que las posibilidades de aumentar la productividad a todo el sector agrícola familiar son inmensas.
Las opiniones
Daniel Velandia
Director de investigaciones económicas de Correval
“En 2012 la economía habría crecido 3,8%. Para el primer trimestre sin duda los paros afectan la producción, hay un claro riesgo a la baja, pero toca esperar los resultados de la construcción”.
César Vallejo
Codirector del Banco de la República
“Espacio hay (para bajar tasas de interés), pero hay que considerar otras variables; hay espacio en el sentido de que hay menor inflación, el crecimiento está por debajo de su potencial”.
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