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Analistas afirmaron que si bien es posible que haya una caída en el PIB por dos trimestres seguidos, hay sectores que crecerán
Después de que el Banco de la República revelara su último informe de política monetaria, se revivió el debate sobre si el país entrará en una nueva recesión después de la que se presentó entre abril y diciembre de 2020.
En las proyecciones que hace el Emisor se observa que la variación anual del PIB con la que terminará 2023 será negativa (tercer trimestre con -0,9% y el cuarto con -0,4%). Esto, según la literatura económica , se puede definir como recesión económica técnica. Sin embargo, el mismo gerente general del Emisor, Leonardo Villar, dijo que lo que se espera es “una desaceleración fuerte de la economía”, mientras que Hernando Vargas, gerente técnico, dijo que “tenemos que dejar esa definición de recesión técnica de Google”.
La receta hacia la recesión
Soportado por el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), que en noviembre siguió disminuyendo frente a los datos de los meses anteriores; y el desempleo, que también aumentó en diciembre frente a noviembre, 2023 arrancó con los ingredientes que se necesitan para preparar una recesión, dicen expertos.
“Sí, tenemos un crecimiento bajo, impulsado por una desaceleración del consumo privado. La senda de desaceleración nos lleva a niveles del PIB cercanos a antes de la pandemia”, dijo Vargas.
Las implicaciones a las que conlleva esta definición suelen ser bastante graves según los expertos. No hace falta ir muy lejos en la medida de lo que se vivió en el país en 2020 y en el hemisferio norte en 2008. Desempleo, pobreza y deuda, serían solo algunas de las consecuencias de entrar en una posible recesión.
Sin embargo, varios académicos y analistas creen que este podría no ser el caso. Para Camilo Pérez, director de investigaciones económicas del Banco de Bogotá, si bien puede haber una recesión técnica, esta se sentiría “mucho menos” que la de 2020.
“Esto es de perspectivas. Por ejemplo en EE.UU. existe el NBR, que antes de declarar (tienen esa tarea) una recesión, no solo ve el PIB durante dos trimestres consecutivos, sino que analiza algo mucho mas global: el consumo de los hogares y el mercado laboral, por ejemplo”, afirmó.
¿Recesión técnica?
Colombia, según Pérez y contrario a lo estimado por el Emisor, ya estaría entrando en esa situación. El desempleo, que entre noviembre y diciembre “dio un salto significativamente importante”, y el consumo, que según el Banco de Bogotá ya llegó a terreno negativo (disminuyó) en 1,8% para diciembre y 1,5% para enero, bordearían ese nuevo escenario.
A pesar de esto, durante el segundo semestre del año, mientras el Emisor estima la caída, el Banco de Bogotá cree que los sectores que aún no alcanzan sus niveles prepandemia (como turismo y manufactura) lleguen a estos y por ende, a través de dichas ramas, haya una presión al alza en el mercado laboral y de consumo.
Andrés Giraldo, director del departamento de economía de la Universidad Javeriana, afirmó que si bien el tecnicismo sí habla de recesión, lo que es verdaderamente importante es que el Emisor no pronostica un PIB negativo a lo largo de 2023.
“El punto es que el tercer y cuarto trimestre no alcanzan a contrarrestar los dos primeros trimestres que serán positivos y, por ende, se espera que al final del año el crecimiento sea levemente positivo”, apuntó.
Carlos Sepúlveda, hasta mediados de enero decano de la facultad de economía de la Universidad del Rosario, estima que es prematuro declarar una recesión en 2023. “Este año es clarísimo que habrá un freno al ritmo acelerado de la economía, el cual comenzó en 2021, pero en el ámbito aún no se habla de recesión”, dijo.
Lo anterior, agregó Sepúlveda, en la medida que el Emisor pronostica crecimientos constantes justo después de las caídas. “Si llegara a darse un decrecimiento cercano a cero por dos trimestres, y luego un crecimiento, seguramente hay frenos en unos sectores e impulso en otros”.
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