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El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino
El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, manifestó cuáles son los parámetros que presentará el Gobierno para fijar el incremento previsto para 2026
Está corriendo el último trimestre del año y como es tradición, se dan las apuestas de cuánto quedará el salario mínimo para el año entrante. Mientras los gremios piden que no sea superior al nivel de la inflación, el Gobierno aseguró que su intención es mejorar el poder adquisitivo de los ciudadanos.
El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, señaló que la intención de la gestión liderada por Gustavo Petro tiene como finalidad de hacer del salario mínimo un ingreso representativo para los colombianos y destacó que esto ayudaría a reducir la desigualdad que existe en el país, así como aportarle dinamismo a la economía.
La Secretaría Técnica viene avanzando en la construcción del calendario para la discusión del salario mínimo, el cual se pondrá a disposición de los miembros para su aprobación en noviembre. Se tiene previsto que comiencen la última semana de noviembre.
Existen unos parámetros contemplados en la norma que deben tenerse en cuenta para la fijación del salario mínimo como son: la meta de inflación del siguiente año, la productividad, la contribución de los salarios al país, el incremento del PIB y el IPC del año que termina.
Hasta el momento, desde el Gobierno Nacional no hemos hablado del incremento al salario mínimo.
Las lógicas que deberían regir el salario mínimo deberían por una parte responder a la inflación de precios y el incremento de los costos de vida de las familias trabajadoras, sopesando para ello, que tengan la capacidad de adquirir los bienes y servicios esenciales de la canasta familiar; y por otra parte, el incremento en el salario mínimo también le debería alcanzar a la persona trabajadora para mejorar sus condiciones económicas. Asalariados con mejores condiciones de ingreso van a poder invertir y gastar más en la economía del país.
Colombia es el tercer país con mayor desigualdad en el mundo a 2024; eso nos llama a reflexionar sobre el bienestar de la población más pobre. En Colombia, más de 3 millones de personas ganan un salario mínimo, y más de 10 millones ganan menos de un salario mínimo. El salario es un elemento integrante de las políticas destinadas a superar la pobreza y reducir la desigualdad.
Hay que desmitificar que el salario es un regalo, no lo es, y en eso quiero ser enfático.
No estoy de acuerdo, y lo digo categóricamente.
Si bien se están dando unos ajustes en el reconocimiento de recargos y se está consolidando la reducción de la jornada; también es cierto que el reflejo económico se dará en los bolsillos de los trabajadores, no es dinero perdido; porque, así como sucede con el incremento al salario mínimo que busca que la clase trabajadora tenga una mayor capacidad adquisitiva de bienes y servicios, se espera que esas garantías laborales se conviertan en más ahorro o consumo por parte de los asalariados.
En lo que concierne al Ministerio del Trabajo, la reforma laboral se ha venido implementando con normalidad.
Entre todas nuestras dependencias hemos desplegado un estricto cronograma de trabajo para las reglamentaciones.
Igualmente, las dependencias del Ministerio se han estado enfocado en afinar las capacidades técnicas y operativas como ordena la reforma para la recepción, sistematización, análisis y procesamiento de información respecto de varios aspectos de la reforma laboral.
Aunque hemos tenido ese rol pedagógico, no hemos olvidado que también tenemos la obligación legal de inspeccionar, vigilar y controlar cuando se incumplen las normas laborales y de la seguridad social respecto de los trabajadores. Los infractores de las normas y garantía laborales deben saber que sus conductas han sido, son y serán castigadas.
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