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En 1996, el Gobierno de EE.UU. también decidió descertificar a Colombia y quitarle la visa al Presidente Samper.
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Los ministros de Hacienda, Minas y Energía, Interior, la canciller y la directora del Dapre, son los funcionarios del Gobierno Petro que no podrán viajar a EE.UU.
Tras la cancelación del visado de EE.UU. al presidente Gustavo Petro, varios miembros de su gabinete anunciaron que, en un acto de solidaridad, también renunciarán a su visa. Esto, como respuesta a la propuesta del ministro del Interior, Armando Benedetti, quien planteó que los funcionarios, renunciaran a este documento que permite el ingreso al país norteamericano. Hay que recordar que el ministro Benedetti no tiene la visa estadounidense.
La misma canciller afirmó que, en un acto de “coherencia política, por la dignidad de la patria y en rechazo a la injerencia extranjera”, renunciaría al visado como forma de protesta frente a la decisión unilateral del gobierno de Donald Trump de revocar la visa al jefe de Estado por su protesta en Nueva York.
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, también renunció a su visa. Según lo manifestó, no es necesario tener acceso al país norteamericano para “trabajar por nuestro pueblo”.
“En solidaridad con el Presidente, y por la agresión de que fue objeto por parte del gobierno de EE.UU. he decidido renunciar al uso de la visa”, expresó el titular de la cartera económica, en un comunicado.
El propio jefe de Estado publicó en sus redes sociales una carta en la que Augusto Ocampo, secretario jurídico de Presidencia, señaló que su renuncia al visado obedece a su solidaridad con el mandatario, y calificó la acción unilateral de EE.UU. como un hecho lesivo para la dignidad de Colombia.
Al presidente Petro le retiraron la visa porque, en su visita como jefe de Estado a Nueva York, instó a los soldados estadounidenses a desobedecer las órdenes de su comandante en jefe (el presidente Donald Trump) en el marco de una protesta por el conflicto en Medio Oriente entre Gaza e Israel.
El primer mandatario también sostuvo que debe crearse un ejército global con el fin, según él, de detener la violencia. Hasta el momento, solo Indonesia ha manifestado su respaldo al plan del mandatario.
“En solidaridad con el Presidente y por la agresión de que fue objeto, decidí renunciar al uso de la visa. Para trabajar por nuestro pueblo no necesitamos visa”.
“El ejército norteamericano en los años 40 del siglo XX era un ejército antifascista; ahora intentan convertirlo en su contrario. Claro que es legítimo pedirles a gobiernos y ejércitos que defiendan la democracia. Llegó la hora de la efectividad. Si el ejército de EE.UU. no es capaz de apoyar las decisiones de la justicia internacional, entonces le corresponde a Naciones Unidas configurar un ejército capaz de liberar a Palestina”, dijo.
Otra funcionaria que renunció al visado fue Cielo Rusinque, superintendente de Industria y Comercio, SIC. Para ella, EE.UU., en su afán de “dominación planetaria a través de la violencia, decidió violar el principio de la libre determinación de los pueblos”. Añadió que estas acciones rompen con el orden internacional que se creó después de la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de garantizar una convivencia pacífica en las relaciones internacionales.
Rusinque fue más allá y afirmó que existe una “política imperialista”, que a su vez busca censurar a quienes alzan la voz contra lo que ella denomina un “abominable genocidio en Gaza”, en referencia a la ofensiva militar del ejército israelí en ese territorio.
Pese a la propuesta del ministro Benedetti, EE.UU. fue el primero en reaccionar, retirándole la visa al ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, y también a la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, Dapre, Angie Rodríguez.
El propio titular de la cartera energética publicó en sus redes sociales que, a través de un correo electrónico, la embajada estadounidense le notificó el retiro de su visa diplomática y también la de turismo.
La oficina diplomática de ese país le indicó que, si desea volver a obtenerla, deberá presentar una nueva solicitud con fotografía, cancelar los derechos de visa y programar una nueva cita. Ante esto, Palma respondió en sus redes sociales: “Gaza bien vale una visa”. Mientras que el presidente Petro manifestó en sus redes sociales que la revocación de una visa no constituye un acto en su contra, “sino contra la lucha por la vida de la humanidad”.
Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, precandidato presidencial y abiertamente cercano al petrismo, señaló que también está dispuesto a que le cancelen su visa americana en respaldo al jefe de Estado.
“Colombia no venderá su dignidad ni podrán silenciar a toda la humanidad que se levanta para denunciar y luchar en contra del genocidio en Gaza”, expresó en sus redes sociales.
A lo anterior se suma no solo la cancelación del visado, sino también los recientes impases diplomáticos entre ambos gobiernos. El primero se dio a comienzos de 2025, cuando tanto Donald Trump como Gustavo Petro se amenazaron con la imposición de aranceles; esto surgió cuando EE.UU. advirtió que Colombia debía recibir a los deportados de ese país, al considerar que estaban siendo retornados por haber cruzado la frontera de manera irregular.
Este panorama marca un nuevo capítulo en las relaciones entre los dos países. Varios analistas de relaciones internacionales manifestaron que lo más aconsejable es mantener una política exterior desideologizada, con el fin de que, a través de las relaciones exteriores, se contribuya al desarrollo de las políticas internas.
Desde hace casi 30 años no se presentaba un panorama de cancelación de visados y de medidas de este tipo. La última vez que ocurrieron tales acontecimientos fue durante el gobierno de Ernesto Samper, a raíz del Proceso 8.000.
Ese escándalo marcó un hito en la historia política de Colombia de los noventa, pues dejó en evidencia la entrada de dineros del narcotráfico en las campañas presidenciales. Cabe agregar que Samper afirmó que todo ocurrió a sus espaldas y que no tenía conocimiento de dichos hechos.
Las centrales de abasto mantienen su fortaleza en frutas, verduras y alimentos frescos, donde los precios varían según el día y la temporada
La ministra de Relaciones Exteriores, Rosa Yolanda Villavicencio, aclaró que hasta el momento no se ha presentado tal petición
Señalaron que lo hicieron con el fin de evitar que se continúe con la imposición de cargas económicas "desproporcionadas sobre los transportadores"
