Comparaciones necesarias entre las economías

Toda comparación es odiosa. Entonces, ¿qué sacamos con insistir en que Colombia es más grande que otro país? Saber si Colombia supera a Argentina o Venezuela, pareciera un ejercicio banal.

No es así. En una reunión reciente de una empresa internacional en Bogotá, el equipo de Colombia presentó ante ejecutivos de la región y enviados de la casa matriz su caso de inversión en; y enfatizó que somos hoy al tercera economía de la región, por debajo de Brasil y México.

El Gráfico 1 muestra cómo ha evolucionado en los últimos años el tamaño de Argentina, Chile, Perú, Venezuela y Colombia, en dólares, para hacerlos comparables. Esta ayuda, al igual que la página web del Fondo Monetario Internacional (FMI), usa tasas de cambio oficiales, con lo cual Argentina aparece por encima de Colombia; y Venezuela cuenta con un tamaño apenas inferior al nuestro.

Este cómputo hace honor a la institucionalidad del FMI, de la cual todas estas economías son parte, y que impone usar las tasas de cambio oficiales. No obstante, la realidad económica es bien diferente.

Hay consenso en los propios países y en la región sobre que las tasas de cambio de los dos países están severamente “desalineadas”; es decir, el registro oficial no revela la realidad económica, con mercados de importaciones, exportaciones, bienes y servicios distorsionados, en los que los precios no reflejan la productividad, ni la escasez relativa de muchos productos. En esas circunstancias, las tasas de cambio paralelas reflejan, aunque de maneara imperfecta, el grado de “desalineamiento”.

El Gráfico 2 corrige el tamaño en dólares de cada economía, usando para Argentina la tasa Blue (Fuente diario La Nación), del mercado paralelo; y para Venezuela el promedio entre la paralela y la oficial. Preferimos ésta para el país vecino dado el valor altamente distorsionado del tipo de cambio paralelo.

La evolución relativa de este grupo de economías cambia dramáticamente del Gráfico 1 al 2. El tamaño de Venezuela desciende substancialmente en los años recientes, y el de Argentina cae por debajo de Colombia.

La pregunta que surgió en la citada reunión, más que por un cálculo puntual, indagó por las perspectivas futuras. Esos dos países, inmensamente ricos por lo demás, y con una fuerza laboral bien entrenada, requieren una agenda profunda de reformas para encarrilarles por la senda de la estabilidad y el crecimiento. Es una tarea que Chile, Perú y Colombia, en buena medida, han cumplido y siguen cumpliendo.

En suma, tanto las tendencias recientes como las proyecciones más sensatas apuntan a que Colombia se consolidará como la tercera economía de América Latina. Esto no se reflejará en los números oficiales del FMI hasta tanto no haya devaluaciones oficiales de las monedas por parte de nuestros vecinos. Las mismas ya se empezaron a dar, y según los analistas, deben seguirse produciendo.

Este tipo de comparaciones es la forma como nos analizan desde el resto del mundo. Por ejemplo, en tamaño del PIB en dólares, Colombia está por debajo de Dinamarca, pero nosotros tenemos 46 millones de personas y ellos 5,5 millones, tenemos costos laborales más bajos y 15 millones de personas que saldrán de la pobreza en los próximos 10 años, ampliando una clase media con creciente capacidad de consumo. Si bien ellos son más ricos por habitante, como es también el caso de Venezuela y Argentina, nosotros tenemos mejores perspectivas de crecimiento.

Adivine, ¿en qué país se instaló recientemente una gran cadena de portuguesa de supermercados, orientada a los estratos de ingresos bajos y a las ciudades intermedias? Después de tener éxito en Polonia, decidieron venir a Colombia en lugar de ir a sitios como Dinamarca. Por eso, sí importa convencernos de que ya somos la tercera economía de Latinoamérica, y hacer todo lo necesario para mantenernos allí.