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Los atentados a la infraestructura petrolera le han costado al país más de US$460 millones en lo que va del año, por cuenta de lo que se ha dejado de recibir por ventas y regalías. A estos se suman los costos que ha asumido Ecopetrol para reparar los oleoductos.
De acuerdo con las cifras del Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), a la fecha se han materializado 64 atentados que han afectado el flujo de las operaciones petroleras.
Ecopetrol calcula que, como resultado, no se han podido transportar unos 4 millones de barriles de petróleo a la fecha. Si ese acumulado se calcula con un precio promedio de US$97 por barril, la cifra asciende a US$388 millones.
Lo preocupante del panorama es que se acerca a lo que se dejó de movilizar en todo 2013, según el registro que maneja la ACP.
Sin embargo, el ministro Amylkar Acosta destacó que las pérdidas podrían ser aún mayores, pues el Gobierno “ha neutralizado 64 ataques terroristas en lo que va del año”.
En cuanto a las regalías, se calcula que el país ha perdido unos US$68 millones solo en el primer semestre de 2014, una cifra aproximada a lo que se dejó de recibir en 2013.
A estos temas se suman las inversiones de Ecopetrol para reparar la infraestructura. La compañía señaló a LR que se destinaron unos $9.000 millones (US$4,7 millones) para atender las afectaciones entre enero y abril de este año. A eso hay que agregarle los $67.000 millones para la misma labor en 2013.
Pero la cifra se queda corta frente a la realidad, pues no tiene en cuenta otras inversiones para los trabajos sociales en las zonas afectadas, la recuperación del crudo o el tratamiento de las aguas que se contaminan en los derrames.
“Actualmente se dispone de unos 94 pelotones para garantizar la seguridad en las zonas, además de unos drones para monitorear los conductos y reducir el número de ataques”, agregó el ministro.
El Gobierno espera que con ese esfuerzo se recorte a la mitad el total de atentados que en 2013 llegó a 228.
Los efectos de las protestas
Las manifestaciones sociales no dan cese y también le pasaron factura a la producción. De hecho, el número de protestas alcanza a duplicar el total de voladuras a la infraestructura. La ACP registró 503 huelgas en 2013 y otras 90 en los primeros cuatro meses del año.
Hay que recordar que el mayor periodo que el Oleoducto Caño Limón-Coveñas estuvo parado (dos meses), se debió a que la comunidad U’wa, en el Norte de Santander, no permitió el acceso de los técnicos de Ecopetrol para reparar los daños que dejó un atentado.
Casanare (37), Meta (21), Santander (14) y Putumayo (4), las principales zonas petroleras, han sido el centro de las manifestaciones.
El Gobierno ha instalado mesas permanente de diálogo con las comunidades para evitar que el sector siga perdiendo por cuenta de estos problemas.
Van cinco torres eléctricas afectadas en el año
Las torres de transmisión eléctrica también han sido atacadas este año. La cifra que reportó Interconexión Colombia al pasado primero de julio fue de cinco unidades afectadas, de las cuales se habían reparado dos. Según la filial encargada de la transmisión eléctrica de ISA, para los arreglos han destinado cerca de US$80.000. Y se ha reforzado la seguridad para mantener al mínimo los ataques, pues el año pasado se reportaron unas 57 voladuras. El flujo de la energía no ha sido un problema, pues la compañía está activando redes alternas para garantizar el servicio.
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