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Según Anif y Fedesarrollo, la reactivación del comercio y los servicios a la mesa es imperativa, pues allí se concentra gran parte del empleo formal e informal
Según cálculos de Anif, el comercio, los bares y los restaurantes del país generan alrededor de 4,2 millones de empleos, entre formales e informales, que se han vuelto vulnerables por cuenta de la cuarentena.
De hecho, uno de los riesgos inherentes al aislamiento prolongado es que estos puestos de trabajo lleguen a destruirse porque las empresas podrían quebrarse al no poder funcionar durante más de un mes o porque para subsistir, tomen la decisión de reducir el número de colaboradores. Lo cual, naturalmente, afectaría de manera directa la capacidad de percibir ingresos de las familias que dependen de esas ocupaciones.
Pues, si bien a la fecha se han reglamentado 46 excepciones por las que las personas pueden salir a la calle, en lo que está incluido laborar en alguna actividad calificada como esencial, como por ejemplo un cajero de supermercado o un médico; y se autorizó recientemente que incluso, regresaran a operar algunos renglones del comercio, como el de la venta de carros; el grueso de los trabajadores de ese sector productivo aún no puede salir a laborar.
Esta discusión fue puesta nuevamente sobre la mesa ante la posibilidad de que se decrete una nueva extensión de la cuarentena para la mayor parte de la población hasta el próximo 7 de junio, (a falta de confirmación de Presidencia) con lo que se superarían los dos meses de aislamiento obligatorio y se comprometerían más pérdidas de ingresos laborales.
“Las cifras de pérdidas de empleos que veíamos a principios de abril, ante la posibilidad de alargar la cuarentena, se han venido disipando porque hay más gente que ha venido trabajando, pero lo cierto es que el grueso del comercio no lo está. Por eso creemos que tiene que haber alguna manera para que el comercio, con los protocolos que sean necesarios, se reactive”, dijo Carlos Felipe Prada, vicepresidente de Anif.
De acuerdo con el economista, “es imperativo” que regresen a trabajar los empleados del comercio y dentro de ese segmento, los servicios de comida a la mesa, que incluye bares y restaurantes, “porque en este punto hay mucha gente informal que trabaja por turnos, comisiones y propinas, que en este momento está en vilo y que se está volviendo cada vez más vulnerable”, agregó Prada.
A lo anterior, se suma que las empresas manufactureras que volvieron a operar recientemente podrían empezar a acumular inventario si no hay distribuidores que compren sus productos, lo que podría desencadenar problemas de estabilidad dentro de las mismas compañías.
Ante este panorama, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, advirtió que “reactivar el comercio es fundamental para el país, pues representa 18% del PIB nacional y es el sector más importante en términos de empleo”.
Y aunque el analista reconoce que los costos económicos de una cuarentena de dos meses (hasta el 25 de mayo) serían menores a los proyectados inicialmente, que contemplaban una cifra entre $94 billones y $125 billones, pues en las últimas semanas las manufacturas y la construcción volvieron a laborar, reitera que los efectos “siguen siendo sustanciales”.
Lo que se ha dicho es que, si se alarga la cuarentena por dos semanas, varios sectores podrían reactivarse, y entre ellos se encontrarían las peluquerías (44.432 firmas) y los consultorios de odontología (6.423 sociedades), lo que significaría que se sumarían 50.855 empresas a las más de 380.000 que fueron autorizadas desde el 11 de mayo.
Frente a esto, Andrés Langebaek, líder de investigaciones económicas del Grupo Bolívar, señaló que se trataría de una estrategia similar a la planteada hace unas semanas como “aislamiento preventivo inteligente”, que, pese a no tener acogida en su momento, establecía en términos prácticos que las personas que deban salir a trabajar lo hagan y los demás permanezcan en casa, “por lo que creo que lo peor en términos laborales pasó en abril”.
El desempleo continuaría aumentando a lo largo del año
De acuerdo con Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, en las cifras de desempleo de marzo, pese a que solo incluyeron 11 días de cuarentena, “dieron algunas pistas” de lo que está pasando en el mercado laboral nacional. Según él, en primer lugar, hubo un aumento de inactivos de 1,7 millones, que es gente que al estar confinada dejó de buscar empleo “lo cual es grave”, dijo. Por esto, agregó que el desempleo podría subir entre 16% y 20% en los meses después de la pandemia.
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