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En un mes tan significativo para la dinámica comercial del país, como lo es mayo y su tradicional celebración del Día de la Madre, vale la pena referirse al papel que siguen teniendo los centros comerciales, el cual va más allá de la mera actividad de compra y la adquisición de productos.
Dichos complejos, especialmente en las principales ciudades capitales, y pese a la notable bonanza que está experimentando el comercio en línea, constituyen un auténtico entorno de bienestar e intercambio social, en el que cada miembro de la familia tiene a su disposición una oferta integral de ocio, consumo y entretenimiento.
La convergencia de salas de cine, plazoletas de comida, zonas de juego, boleras, tiendas, oficinas, parqueaderos, y entidades de salud o de servicios públicos, configuran un ambiente propicio para compartir en medio de contextos urbanos de alta densidad poblacional.
Por esta razón, precisamente, es que desde el sector de centros comerciales se tiene un alto optimismo frente al repunte de los niveles de ocupación comercial, que, como es apenas lógico, se vieron fuertemente impactados por la llegada de la pandemia; y, como lo mencionó Estefanía Correa, directora general de Comercialise, experimentó una “corrección de costos en los locales en centros comerciales”.
Y es que es tal es la relevancia de los centros comerciales que resulta difícil concebir la operación de una gran ciudad sin estas locaciones. Cada día es más común ver infraestructura pública, como de Transmilenio, paraderos de buses o de bahías para taxis, integradas armónicamente a dichos complejos.
No se trata de un fenómeno exclusivo de Bogotá o del medio colombiano, de hecho, es una realidad que también se presenta en las grandes ciudades alrededor del mundo: Nueva York, Toronto, París y Buenos Aires, por poner algunos ejemplos, en las que las líneas de metro o las estaciones de bus coinciden con los diseños de centros comerciales, edificios corporativos y parqueaderos.
En ese sentido, y en un contexto de recuperación económica, es importante reconocer la trascendencia del comercio físico en el engranaje social y productivo de las ciudades. En fechas especiales, ya sea que se trate de época navideña, Halloween, Día de la Madre, del Padre, de los Niños; o de algún cumpleaños, elegir a los complejos comerciales como lugar de celebración, además de una buena alternativa, es una forma de aportar a la generación de empleo directo y a la salud empresarial.
Por eso, desde Metrópolis + Centro Comercial y Empresarial, en este mes de las madres, y en todas las fechas del calendario comercial que vienen, el foco estará orientado a la calidad de la experiencia para los visitantes. Por encima de los descuentos y las promociones, que, valga decir, son relevantes de cara al bolsillo del consumidor y constituyen parte del disfrute de la fecha, estará la pluralidad de atractivos y actividades para toda la familia.
Así las cosas, este Día de la Madre, puede ser una oportunidad para observar con otros ojos la práctica de celebrar ocasiones especiales en los centros comerciales. No se trata solamente de un lugar para fines mercantiles, se trata, sobre todo, de un espacio de intercambio e integración familiar.
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Lo que comenzó como una iniciativa aislada entre municipios se fue integrando hasta conformar una ruta por cinco poblaciones