La explotación de la que se considera la mayor despensa agrícola, la Altillanura, ha estado engavetada por cuenta de incertidumbres jurídicas. A la espera de que se destraben, algunas empresas han declinado su intención de invertir en las casi 7 millones de hectáreas. Sin embargo, hay otras que han mostrado su interés. Un caso es el de una de las compañías agroindustriales de soya más importante de Argentina.