A la precandidata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton (1947), no le salió del todo bien su estrategia de pasear por el metro de Nueva York para hacer campaña. Cuando estaba por pasar la registradora, y ante todos los medios que la perseguían, tuvo problemas de principiante con la tarjeta de pago. Clinton pidió ayuda a sus asesores para poder entrar al sistema de transporte.