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Como ocurre con el café, el cacao en el mundo es también apetecido, valorado y pagado por su calidad y características específicas como aromas y tonalidades de sabores.
Y si Colombia es reconocida por ser el productor del mejor café suave en el planeta, puede lograr un estatus semejante con el cacao, pues hace parte de los únicos 14 países que en el mundo producen cacao fino de aroma, clasificado así por la International Cocoa Council.
Se trata de un nicho específico que dentro de la producción cacaotera mundial, estimada al año en 4 millones de toneladas, sólo representa el 7%, es decir, unas 280.000, que son apetecidas por los chocolateros gourmet y en las que buscan tonalidades de sabor que contrasten con el básico a cacao como a frutas, nueces y flores.
Colombia produce entre 40.000 y 45.000 toneladas al año de cacao. Todas están calificadas como fino de aroma y su destino es, esencialmente, el mercado interno. “El producto se vuelve valioso en el mercado porque es especial. Entonces la oportunidad que tiene el país para ser un jugador importante en el mundo está en este nicho”, dijo el gerente de materias primas y desarrollo agrícola de Casa Luker, Juan Carlos Arroyave.
El reto es entonces claro: aumentar la producción para generar excedentes que permitan exportar a los mercados que demandan el producto y por el que dan un buen precio. Pero la tarea también es demostrarle al mundo que Colombia produce un cacao fino de calidad.
Con el aumento necesario de la producción viene también la investigación y la capacitación y uno de los referentes en este tema en el país es la Granja Luker, convertida en sus 50 años de historia, en la escuela de cacaos finos y de aromas en Latinoamérica. Eso lo destacó recientemente el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, quien dijo que a partir de la experiencia y el trabajo de esta granja, de propiedad de la firma Casa Luker que desde hace tres años exporta cacao en grano y coberturas (base para fabricar productos derivados), es factible encontrar variedades productivas y especiales.
En este sentido, la Granja Luker y Cenicafé hicieron un trabajo de caracterización a fondo de los cacaos colombianos para decirle al mundo cuáles son las características específicas del producto. “Por ejemplo, el cacao de Huila tiene sabor frutal, básicamente, a cítricos. Eso nos permite mostrarle a los chocolateros del mundo por qué es distinto nuestro cacao”, dijo. Arroyave indicó que en ese proceso se hizo la huella digital del cacao en la cual se muestra los perfiles y sabores. Pero la investigación debe ir acompañada de un incremento de la producción consistente para ganar reconocimiento en el mundo y por qué no lograr una prima de calidad en el precio, así como lo tiene el café.
Proyectos de fomento impulsados por el Ministerio de Agricultura han permitido incrementar las áreas sembradas, que hoy son unas 135.000. Pero no son suficientes para exportar.
Un programa del Ministerio busca aumentar la producción a 200.000 toneladas en 2020. Esto implica renovar hectáreas viejas y sembrar nuevas más productivas, de mejores rendimientos y competitivas en el mercado externo. El país tiene más de 1,2 millones de hectáreas aptas para ser sembradas en cacao.
Complejo especializado en cacao cumplió 50 años
La Granja Luker, ubicada en Palestina (Caldas), en una zona marginal cafetera, cumplió 50 años trabajando en investigación, capacitación, transferencia de tecnología y producción de material vegetal. Uno de sus principales logros en investigación es el sistema agroforestal de alto comportamiento agronómico. “Es un modelo que tiene maderas, cacao fino de aroma y plátano. Es sostenible y rentable y se está desarrollando en las siembras actuales del país”, dijo el directivo de Casa Luker, Juan Carlos Arroyave. Tiene además 20 materiales finos de aroma de alta calidad y productividad con rendimientos de entre 1.800 a 2.500 kilos por hectárea.