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Los colombianos, con el fundamental aporte de la Fuerza Pública, hemos podido crear una gran nación que es potencia regional en diversos campos: en lo militar, en lo policivo, en lo económico y en lo social, entre otros muchos aspectos. Hoy es una nueva Colombia, que ha podido sacar de la pobreza a 11 millones de personas este siglo y que puede dar salud a todos sus habitantes; las Fuerzas Armadas (FF. AA.) pasaron de ser casi marginales a ser el motor de la seguridad y prosperidad del país.
Es gracias a la Fuerza Pública que hoy el país vea de cerca, como nunca antes, una posibilidad de paz, que las Farc estén sentadas en La Habana buscando un acuerdo con el Gobierno.
El trabajo de la Fuerza Pública ha permitido disminuir el número de homicidios en todo el país: por ejemplo, entre enero y octubre de este año los casos se redujeron en 6% (pasamos de 10.954 a 10.299) y se logró la tasa de homicidios más baja desde 1980.
La Fuerza Pública también logró que en 331 municipios de Colombia, es decir, en 30% del país, no se registren casos de homicidio; que en 1.032 municipios (94% del territorio nacional) no se presentaron acciones subversivas y que en 1.009 entes territoriales (92%) no haya acción terrorista de las Farc o del ELN. Igualmente, en 95% de nuestros municipios, es decir, 1.045, no se registraron casos de secuestro extorsivo entre enero y octubre del año que finaliza.
Desde junio pasado, cuando asumí este importante cargo, han caído importantes criminales: alias ‘Pijarbey’, principal cabecilla del bloque Libertadores del Vichada; alias ‘Megateo’, capo del narcotráfico en la región del Catatumbo y cabecilla del EPL, y alias ‘el Tuerto Lucho’, y alias ‘Marlon’, ambos del ELN.
Los resultados referenciados y otros, que también son importantes para el país, surgen por la confianza del Gobierno en proyectar y garantizar que la seguridad y defensa sean la base del desarrollo y progreso de la Nación.
Son cifras altamente positivas pero claro, se puede hacer mucho más. En este sentido es que se avizoran los retos que Colombia debe enfrentar en materia de defensa, seguridad, crecimiento y desarrollo en este presente y en el más cercano futuro, para seguir llevando al país y a sus ciudadanos hacia nuevos escenarios de paz, progreso y posconflicto, principalmente para los niños y jóvenes.
Las Fuerzas Armadas de Colombia deben estar cada vez más preparadas, capacitadas y dotadas para apoyar la construcción de la paz, para combatir las amenazas que todavía enfrentamos como Estado y las que puedan surgir en los escenarios que están por venir, provenientes de los ámbitos de la seguridad ciudadana, la seguridad pública y la defensa nacional, en la mayoría de los casos, de forma simultánea.
Subrayo: no habrá como consecuencia de la paz un debilitamiento de nuestra Fuerza Pública. Todo vacío que deje nuestra contraparte si no llegamos nosotros como Fuerza Pública y el resto del Estado, la llenará el crimen organizado. Por eso es que las FF.AA. deberán estar cada vez más móviles, alistadas con tecnología, con dignidad, transparencia y respeto por los derechos de los demás y más conocedoras de las amenazas que vendrán después de los acuerdos.
Por supuesto, el Gobierno Nacional es consciente de que esa es la senda que se debe seguir y por eso es que para 2016 no ha disminuido el presupuesto para el Sector Defensa, que será de $28,5 billones, $1,1 billones más que los asignados para el año que finaliza.
¿Qué tipo de Fuerza Pública exigirá el posconflicto? ¿A qué escenarios se deberá responder para lograr una paz duradera? ¿Qué desafíos, amenazas u oportunidades se vislumbran hoy en el país en los ámbitos de la defensa y la seguridad? Las respuestas a estas preguntas estarán en el centro del debate público en el corto y mediano plazo, ya que son complejas y no son susceptibles de soluciones fáciles, simples o carentes de costos. Por eso, lanzamos ya la “Política de Defensa y Seguridad para la Nueva Colombia 2015-2018” que constituye el derrotero de la Fuerza Pública para la terminación del conflicto, la construcción y el mantenimiento de la paz.
Una Fuerza Pública sólida será la principal y más importante garantía para la superación del conflicto y la construcción de una paz duradera. El Sector Defensa tendrá un papel preponderante frente a los retos mencionados y también tendrá que emplear las capacidades disponibles para responder a misiones hasta hoy no principales como lo son la contribución al desarrollo, la cooperación internacional, la atención de desastres, la mitigación de los impactos del cambio climático, la protección del medio ambiente y de los recursos naturales, entre otras.
Para todo esto el Sector Defensa se está preparando de la mejor manera y en esa tarea cuenta con todas las capacidades técnicas y el inigualable amor patrio que solo los hombres y mujeres de las FF.AA. pueden tener.
