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El exceso de riesgo le pasó la cuenta a Interbolsa

miércoles, 7 de noviembre de 2012
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María Paula Albán

Al caso Interbolsa le llegó un desenlace que pocos esperaban, y en tiempo récord. La Superfinanciera ordenó ayer la liquidación inmediata de la firma. Una decisión con la que rompió en dos la historia del mercado de comisionistas locales, que cada vez más se caracteriza por la presencia de jugadores extranjeros y gobiernos corporativos fuertes.

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El gigante del mercado cayó por el exceso de riesgo en sus operaciones, y sentenció así el final de una historia que marcó la industria bursátil colombiana.

La cultura de invertir en acciones en Colombia inició en Medellín, donde desde muy pequeños los niños recibían títulos valores como regalos en ocasiones especiales. Fue ahí donde Rodrigo Jaramillo y su familia vieron una oportunidad de negocio, y en agosto de 1990 crearon la firma comisionista Interbolsa. Pocos apostaban que dos décadas después iba a ubicarse como la más grande del sector bursátil, con operaciones en Estados Unidos, Panamá y Brasil, y que iba a manejar cerca de 35% de las operaciones nacionales.

El crecimiento de Interbolsa fue rápido, impulsado sobre todo por la asociación, a finales de los 90, con Juan Carlos Ortiz, un economista bogotano que fue expulsado de la Bolsa de Valores de Bogotá por realizar operaciones en corto y con posición propia, que fueron vistas como muy riesgosas para el mercado de valores local.

Esa misma estrategia de inversión, que utilizaron en su negocio los ahora socios, Ortiz y Jaramillo, que les permitió ganar espacio en el mercado, y que atrajo también al empresario Victor Maldonado a la firma, fue la misma que ayer firmó el acta de defunción de la comisionista.

En solo un año, Interbolsa aumentó sus utilidades más de 70%, impulsada en operaciones repo sobre acciones de Fabricato. Según explicó Rodrigo Jaramillo, el negocio parecía redondo. Cálculos de grandes bancas de inversión indicaban un enorme potencial de valorización para los títulos de la textilera, tal y como sucedió. El papel pasó de costar $30 a $90 en pocos meses.

Hasta ese momento todo marchaba sobre ruedas. La comisionista pasó de manejar cerca de $65.000 millones en repos en febrero de 2011, a más de $307.000 millones en julio pasado, con lo que todas sus apuestas estaban en el mismo activo. El problema surgió cuando el mercado empezó a desconfiar de que Fabricato costaba $90 por acción, lo que generó que Interbolsa no pudiera financiarse más por medio de esta operación y entrara en una seria crisis de liquidez que derrumbó lentamente el negocio.

Desde hace varios meses corría un secreto a voces: Interbolsa, la mayor comisionista de Colombia, atravesaba una grave crisis financiera. Varios agentes del mercado se preguntaban hasta cuándo aguantaría.Jaramillo y los demás accionistas de la firma intentaron infructuosamente inyectarle liquidez a las operaciones. De hecho, hace cerca de un mes se supo que el grupo buscó financiarse por medio de William Vélez, así como que pidió un crédito a Bancolombia en el que dejó como garantías a la comisionista y a la sociedad administradora de inversiones (SAI), y que luego fue cancelado.

Con el paso de los días, la situación se fue complicando. Ante la información negativa que circulaba sobre la firma, encontrar nuevos créditos que le permitiera apalancar su operación se volvió una tarea imposible. Nadie confiaba en Interbolsa.

La debacle era inevitable.

Por más que Rodrigo Jaramillo intentó tapar la situación durante días, el jueves de la semana pasada el tema se volvió insostenible. En un comunicado, la firma reconoció atravesar una restricción temporal de liquidez, que al parecer no tendría ninguna consecuencia mayor. Pero ese mismo día, al no encontrar fuentes de financiación ordinarias, Interbolsa incumplió una obligación de un crédito intradía con un banco por $20.000 millones, y la Superintendencia Financiera entró a tomar posesión de la firma el viernes.

Durante el fin de semana festivo, tanto los socios del grupo como las autoridades financieras nacionales buscaron la manera de evitar la caída del gigante del sector. Se reunieron con los bancos para tratar de generar nuevas opciones de liquidez; se buscaron firmas interesadas en quedarse con la firma, e incluso, se intentó una inyección adicional de capital de los accionistas. Pero nada resultó.

La que hasta hace seis meses parecía ser la joya de la corona del sector bursátil, se desmoronó. Atrás quedó el interés que había despertado el grupo entre grandes conglomerados financieros internacionales que querían asociarse con ella, y que llegaron a ofrecer más de US$400 millones por hacer parte de este negocio.

En una movida rápida, Bancolombia llegó a auxiliar el mercado de deuda pública. Acordó con el Gobierno quedarse con todas las operaciones de deuda pública de la comisionista, valoradas en $1,6 billones. De esta manera se garantizaba la viabilidad del sistema de pagos del mercado, y se evitaba un contagio de la situación a otros niveles, lo que complicaría más el asunto. El mismo lunes, Fogafin nombró a Ignacio Arguello como interventor de la firma, quien se apersonó del proceso y empezó una rápida revisión de la documentación y los estados financieros. El tema era crítico, pues según explicó el superintendente Financiero, Gerardo Hernández, la liquidez de la firma era nula, lo que volvía inviable su operación.

Pocos se imaginaban que tan solo dos días hábiles después de haber tomado el control, la Superfinanciera, por recomendación de Fogafin, ordenaría la liquidación forzosa de la comisionista más grande de Colombia. Para los expertos, muchas preguntas se abren ante este caso: ¿falta regulación para las comisionistas? ¿hay otras firmas en problemas?

Por ahora, tanto el Ministerio de Hacienda como la Superintendencia Financiera enviaron un mensaje de tranquilidad a los clientes y abrieron opciones por medio del Banco de la República para generar liquidez al mercado, en caso de requerirla.

Con su caída, Interbolsa corrió la tapa de la ‘caja de Pandora’ del sistema financiero, y reveló todos sus males. Y si no se maneja bien, el coloso puede arrastrar a otros y generar una crisis para la confianza inversionista internacional.

Expectativa por la acción de la holding
Los ojos del mercado están puesto sobre la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), entidad que fue la encargada de suspender el título del grupo Interbolsa ante la incertidumbre que generó su toma de posesión, puesto que no ha habido un nuevo pronunciamiento del ente para informar si la suspensión se mantendrá, teniendo en cuenta la nueva situación de la firma. Así mismo, expertos en el mercado cuestionan la falta de regulación del mercado, factor que se ha visto reflejado en los últimos índices de competitividad mundiales, en los que Colombia se raja en este aspecto.

Las opiniones

Diego Jiménez
Presidente de la comisionista Correval

“El mercado tiene que reacomodarse, y en esa reacomodación tenemos que ser cuidadosos. Hay que ver cómo el mercado asimila esto”.

María Cristina Rodríguez
Docente del Politécnico Gran Colombiano

“La situación será una portadora de caos y generará que otras empresas también presenten resultados negativos en bolsa”.

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