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Bogotá y su orientación exportadora

sábado, 22 de junio de 2013
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Daniel Gómez Abella

A un año de entrar en vigencia el TLC con Estados Unidos, el crecimiento de las exportaciones colombianas de 3,3%, es menor al que los defensores del acuerdo esperaban.

Sin embargo, el aumento en las importaciones de 14,6% tampoco corresponde a la inundación de productos provenientes de esa nación, que los críticos vaticinaban.

Está claro que es muy pronto para definir si el TLC ha sido plenamente aprovechado, sobre todo cuando se tiene en cuenta el entorno económico nacional e internacional: la revaluación del peso colombiano que ha incentivado las importaciones y la debilidad de la economía estadounidense, que la ha llevado a reducir sus compras provenientes de todo el mundo. El hecho de tener casi 100 productos nuevos en áreas como la piscícola, de ventanería de aluminio, confitería, productos de vestido de baño, ropa interior y de control, que exportaron más de US$100.000, indica una señal positiva hacia el pleno aprovechamiento del TLC por parte de los empresarios nacionales.

Sin embargo, resulta alarmante el rezago que registra Bogotá frente a las otras principales ciudades del país que advierte la Oficina de Aprovechamiento del TLC: Barranquilla y Cartagena han recibido importantes inversiones nacionales y extranjeras para el aprovechamiento del TLC. En Pereira y Bucaramanga se han implementado procesos de focalización en el área de metalmecánica. En Cali, las áreas de confitería y marroquinería se posicionan en los mercados extranjeros. Y en Medellín las áreas de cosméticos y confecciones evolucionan positivamente. Y es que la alianza entre el sector público y el privado presente en estas ciudades, no se observa en Bogotá.

La carencia de voluntad hace que las comisiones regionales de competitividad, claves en las otras ciudades, no funcionen para el caso de esta ciudad. Por esto, se requiere de la integración de Bogotá con los municipios circundantes, que más allá de las buenas intenciones de los planes de ordenamiento, se debe consolidar mediante políticas pertinentes y coordinadas que le permitan a la ciudad-región, aprovechar la oportunidad del TLC.

Estas políticas deben abarcar proyectos de infraestructura y vías de acceso para la ciudad-región que se encuentra rodeada de montañas, incentivar la productividad en los sectores estratégicos cuyos productos sean los más demandados en el mercado de Estados Unidos, como lo son productos del sector textil y sus subproductos como las prendas de vestir, los cueros; productos de los sectores petroquímicos, producción editorial, la metalurgia, metalmecánica, los muebles, la industria minera y los productos agroindustriales.

Las políticas sobre estos sectores deben tener por objetivo mejorar los índices de productividad que garanticen su competitividad frente a la competencia de los productos de Chile, México, Perú y países centroamericanos en el mercado estadounidense. Esto no debe confundirse con políticas proteccionistas que aíslen a los productos de la ciudad-región mediante el incremento de los recursos públicos destinados.

Se debe es disminuir esta inversión de capitales públicos y fomentar la orientación exportadora, tal y como lo han venido haciendo otros países latinoamericanos.

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