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La Región Andina constituye una región exportadora neta de alimentos. Además, es una de las pocas regiones del planeta en la que algunos países aún disponen de tierras potenciales para ampliar su frontera agrícola. Esta fue una de las principales conclusiones del foro regional ‘Aportes a la consolidación de América Latina como abastecedor mundial de alimentos’, organizado por CropLife en Quito (Ecuador).
Para Carlos Buzio, presidente de CropLife Latin America, es vital encontrar temas de trabajo común entre el sector público y privado para que la agricultura como fuente de alimentos tenga un papel estratégico en el desarrollo de los países.
“Es fundamental identificar los factores de éxito necesarios para aumentar la productividad agrícola de manera sostenible”, dijo Buzio.
El foro contó con un panel de expertos de Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia, para exponer las oportunidades que tiene cada país.
Para el viceministro de Agricultura y Ganadería de Ecuador, Luis Valverde Zúñiga, los países deben trabajar por una agricultura que, además de ser competitiva, sea sustentable, precisa en el uso racional y se preocupe por la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad.
“El nuevo paradigma tecnológico debe potenciar las capacidades de los países de la región para hacer un uso eficiente de la base de los recursos naturales, con el fin de aumentar la producción agroalimentaria sin dañar el ambiente y colocarla en los mercados”, señaló.
Los expertos recalcaron que para alentar a los productores a adoptar la intensificación sostenible es necesario introducir cambios fundamentales en las políticas e instituciones de desarrollo agrícola.
El apoyo de los sectores público y privado es fundamental, así como la incorporación del valor de los recursos a las políticas de precios de los insumos y productos agrícolas.
Se recomendó la creación de sistemas reglamentarios, de investigación y asesoramiento para una gran variedad de condiciones de producción y comercialización.
Buzio, reiteró que el crecimiento de la población, de los mercados emergentes y la demanda de biocombustibles empujan el crecimiento de la agricultura en las próximas décadas.
“El uso de tecnologías existentes y el desarrollo de nuevas herramientas es fundamental para aumentar la productividad agrícola”, concluyó.
