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Analistas 04/09/2020

Pertinencia del crédito

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor

El Banco Emisor ha tomado medidas para impactar la liquidez como parte de una política monetaria tendiente a brindar impulso a la economía; su Junta Directiva redujo nuevamente la tasa de referencia, la acaba de bajar a 2% anual, el menor valor nominal histórico. Pero, falta que el apoyo crediticio se transmita con menores tasas y con mayor fuerza al sector productivo.

Las áreas de riesgo de las instituciones financieras, con razón en un inicio, debido a la incertidumbre por la emergencia sanitaria que condujo al confinamiento, con evidente parálisis empresarial, deterioro del mercado laboral y disminución de consumo, frenaron la aprobación de los créditos, disminuyeron los desembolsos y ampliaron los requisitos para suplir el riesgo.

Pues bien, ya superado el confinamiento y con la apertura de la economía, por el contrario, el aporte crediticio es fórmula clave para apoyar al sector empresarial y así recuperar ingresos laborales necesarios para que crezca la confianza y el consumo, como lo plantea el Emisor. Hoy la prioridad económica y social es recuperar el empleo. La fórmula entonces, es que fluya el crédito para conservar las empresas y sacarle provecho a gran parte del aparato productivo que se encuentra ocioso.

Ciertamente la emergencia y la disminución de desembolsos de crédito durante la pandemia, redujeron los ingresos de algunos bancos, pero las medidas del Banco Central y del Gobierno, que permiten la apertura del comercio y otras necesarias actividades de manera gradual, le dan pertinencia a estas instituciones para sincronizarse con el país productivo y con sus clientes.

Ya quedaron probadas la sólida calidad de las garantías inmobiliarias, la conservación de precios de la vivienda y la real demanda por ésta. Por ello, a la banca hipotecaria se le amplían sus oportunidades. Para aprovecharlas y contribuir con vigor a la reactivación económica, es perentorio que los estudios de riesgos en créditos constructor e hipotecario de largo plazo, vuelvan a la normalidad y no con exigencias adicionales en contravía de la coyuntura planteada.

Las inquietudes de los analistas de crédito sustentadas en que el Gobierno por los costos de atender la emergencia, iba a desestimar el compromiso de pago de los subsidios familiares de vivienda aprobados, quedaron plenamente superadas; por el contrario, con la política pública de vivienda y sus adecuadas medidas, se incrementaron los recursos fiscales para apoyar la demanda creciente e insatisfecha de vivienda. Este apoyo, aunado al mecanismo de preventas con el instrumento fiduciario, da soporte al crédito para las nuevas edificaciones.

¿Qué logra el Gobierno con inducir a la baja de las tasas, aprobar los subsidios a beneficiarios de vivienda, si el proyecto inmobiliario en preventa no cuenta de manera expedita con crédito constructor? Los proyectos con alta aceptación de mercado deben ser los apetecidos receptores del crédito constructor.

La restricción excesiva del crédito por magnificación del riesgo puede ahogar el aparato productivo, lo que al final podría revelarse en deterioro de los indicadores de cartera, no por la pandemia propiamente, sino por la contracción provocada por el mismo sistema financiero.

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