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Comparto, aparte del capítulo introductorio que hace parte de mi próximo libro, titulado Construyendo Nación, que se encuentra en impresión dentro de las publicaciones de este diario económico, (perteneciente a la serie Líderes de Opinión de La República). Libro que será presentado al público en próximas semanas.
… el tamaño de la economía informal colombiana, tanto laboral como empresarial, equivale a la tercera parte del PIB, según coinciden centros de pensamiento, gremios económicos y analistas.
Para la fundación de investigación en temas de política económica y social Fedesarrollo, las altas tasas de informalidad acotan el acceso al crédito e impiden la adopción tecnológica, limitando la escala de producción de las empresas y afectando negativamente la productividad y el crecimiento. Para el centro de estudios económicos Anif, la economía subterránea es consecuencia del narcotráfico, la baja eficiencia tributaria y el elevado uso del efectivo en el país.
Para la Asociación Nacional de Industriales, Andi, la informalidad se traduce en una limitante del crecimiento económico y lleva a una competencia desleal para la economía formal. Para la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, el comercio informal es competencia desleal y talanquera para el crecimiento económico, afecta la producción y el recaudo de impuestos; incluso, según la última encuesta del Dane de microestablecimientos, solo 54% de ellos lleva contabilidad formal. Para la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, el control urbano, solo las administraciones lo aplican al sector de la construcción de edificaciones formales, advirtiendo que cerca de la mitad de las viviendas en nuestro país se ejecutan sin licencia de construcción.
La informalidad permea todos los sectores económicos y afecta el medio ambiente. El comercio informal, donde no se emite factura de compraventa, o los vendedores ambulantes que invaden el espacio público, son ejemplos cotidianos. El servicio de transporte público en la medida que no exista oferta masiva de calidad, es otro renglón que se suma a la informalidad y al deterioro ambiental; para el caso de Bogotá, con la entrada de Transmilenio y modos de transporte complementarios, se ha disminuido el denominado transporte pirata, manteniéndose especialmente colectivos informales en las periferias.
Como es evidente, la vivienda de origen informal y la urbanización ilegal, son paradigmas de la economía informal. Pero, la informalidad afecta todas las actividades económicas de la sociedad, empezando por el empleo, que, por el trabajo como independiente y el empleo informal, superan 60% de los ocupados en nuestro país, conformando así la informalidad laboral.
Existen diferencias importantes entre las principales ciudades colombianas en materia de informalidad laboral, teniendo situaciones muy complejas, ciudades como Cúcuta que supera 70% y con indicadores menos complicados, Medellín y Bogotá que están por debajo de la media nacional.
La educación tiene un efecto importante sobre la incidencia de la informalidad, entre más alto el nivel educativo se reduce la tasa. Según el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, el sector rural representa 23% del total de la población nacional y tiene una de las tasas de desempleo más bajas del país (5,12%), sin embargo, la tasa de informalidad alcanza niveles de 80%, evidentemente relacionado con escaso acceso a la educación.
La sostenibilidad del sistema de seguridad social está afectada por el empleo informal ya que, de los 23 millones de trabajadores ocupados, solo 8,5 millones aportan al sistema. La informalidad laboral aumenta con los migrantes.
… Es así como, en ocasiones, menos ley es mejor ley. Si la formalidad es más accesible, con menos requerimientos, menos trabas, menos formatos, triunfa frente a la tentación de lo informal.
