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Analistas 06/05/2022

Inaplazable

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor

La construcción ha sido protagonista en la reactivación de la economía del país. El gobierno ha utilizado de manera adecuada el apoyo a la construcción de vivienda como instrumento para ese propósito y, además, como herramienta para combatir el desempleo. Con la vivienda, que en Colombia por regla general se valoriza, los hogares conforman patrimonio. Genera apego familiar y pertenencia a su ciudad.

Ahora bien, con medidas de política pública, normas concordantes, asignación de presupuesto nacional y recursos de administraciones locales para subsidios concurrentes, el año pasado se logró récord histórico en preventas de vivienda a precio fijo, lo que además impone gran avance social, por cuanto 70% de las mismas corresponde a viviendas para los más necesitados. Sin embargo, estos logros se pueden truncar debido a los aumentos incontrolados de los costos de la construcción de dichas edificaciones.

Estos sobrecostos están generando desequilibrio económico en los contratos de separación de vivienda a precio fijo. En particular, siendo el acero de refuerzo insumo de gran injerencia en la estructura de costos de las viviendas, el que vale recordar, a lo largo del año pasado se encareció 50% su precio, periodo en el que se prevendieron sobre planos 220.000 unidades. Y el asunto empeora, que en lo que va corrido del año, ya registró nuevos aumentos, de más de 10%.

Con costos de construcción disparados y en constante incremento e inmuebles prevendidos a precio congelado, hoy se hace inviable ejecutar muchos proyectos.

El gobierno debe tomar medidas.

De una parte, habrá que revisar si hay aprovechamiento por parte de los productores nacionales, que se acogen a los precios internacionales, a sabiendas que su producción no tiene componente en dólares, ni temas de transporte y logísticos de importación, entre otros.

De otra parte, como ya se ha hecho y lo hemos propuesto desde esta tribuna, el gobierno puede subir el tope de la clasificación de VIS y VIP ampliando entre 15 y 20 smlmv el tope y, para que tenga efectos retroactivos frente a lo prevendido, considerarlo como restablecimiento de equilibrio económico, ajustando así de manera excepcional los precios de las viviendas separadas en los contratos que, según la fiduciaria respectiva, ya hayan cumplido los puntos de equilibrio y estén en proceso de inicio de obras.

La subida de las tasas de interés de referencia que viene haciendo el Banco de la República para controlar la inflación, en esta coyuntura está influyendo pero a la inversa. Para la financiación de vivienda, sobre todo en el crédito constructor, lo que debería suceder es bajar la tasa o al menos congelarla en la base presupuestal con que se realizó la estructura de costos para poder prevender a precio fijo.

Por su parte, para vivienda no VIS, la que también se ha visto afectada, el gobierno deberá buscar fórmulas para permitir su viabilidad, tales como la devolución del IVA en materiales de construcción, menos impuestos, creación de subsidios y regulación de la tasa del crédito constructor, entre otros.

Es inaplazable salvar la vivienda.

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