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Analistas 05/03/2012

Profundización financiera y "Near-Banks"

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes
La República Más
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Durante 2003-2006, el sistema financiero colombiano experimentó un interesante proceso de fusiones y adquisiciones bancarias, donde se vieron involucrados cerca del 70% de sus activos. Nótese cómo el número de entidades financieras se redujo de forma significativa al pasar de unas 200 en 1995 (año pre-crisis), a 126 en 1999 y a tan solo 80 en 2006 (año post-crisis). En el caso de los bancos, éstos han pasado de 32 en 1995 a 17 en 2006 y a 23 en 2011. Un elemento destacado de dicho proceso fue el claro interés de los grandes jugadores por aprovechar la explotación de las llamadas economías de escala-alcance.

Dicho proceso ha generado una revitalización de la competencia bancaria, inicialmente en el lado activo del balance (2007-2009) y, más recientemente (2010-2011), en el lado pasivo del balance (con el anuncio de transacciones de internet a cero costo). El hecho de que esa mayor competencia bancaria se haya acompañado de una mayor "holgura" respecto de las tasas de usura ha permitido penetrar aún mas el mercado Mipyme, atrayendo a firmas y hogares del mercado gota-a-gota (informal) hacia el sector bancario formal, con grandes beneficios en tasas de interés, volúmenes y potenciales de crecimiento de sus negocios.

El auge crediticio del 2011 permitió elevar la relación Crédito/PIB del 33% al 37%, el mayor salto en la histórica del país (4 puntos del PIB en un solo año). Anif había mencionado unos años atrás que le preocupaba la expansión de los llamados near-banks, pues en fases de expansión crediticia rápida ellos pueden generar desorden financiero y, posteriormente, ser fuentes de inestabilidad financiera.  

Pues bien, la buena noticia es que dichos near-banks pronto entendieron los riesgos de continuarse expandiendo sin atender los requerimientos de seguimiento a sus carteras; la gran mayoría de ellos han terminado adquiriendo entidades financieras o cediendo sus carteras. En dicho proceso cabe destacar el caso de Codensa (entidad que genera energía en Bogotá), la cual vendió su cartera de consumo al banco Colpatria en 2009.

Ese proceso continuó con entidades como Falabella (entidad comercial), quien decidió crear su propio banco o el caso del Banco Pichincha, naciendo de la comercialización de bienes semi-durables. También se han expandido otras entidades financieras, como el Banco de la Mujer, naciendo del mercado de microcréditos, o el de Bancoomeva, proveniente del sector cooperativo-salud.

En síntesis, Colombia ha logrado transitar con éxito del mundo comercial desintermediado (near-banks) de mediados de los años 2000 hacia el mundo (más seguro) de la intermediación bancaria formal, migrando dichos vehículos de tarjetas comerciales hacia bancos que se focalizan en nuevos nichos. En la medida en que la "holgura" de tasas de interés (respecto de la usura) y la mayor competencia lo permitan, este proceso estará asegurando mayor profundización financiera y con menor riesgo crediticio.

De hecho, los grandes grupos financieros ahora compiten no sólo en el mercado de Colombia, sino en Centroamérica, con cuantiosas inversiones por parte de Bancolombia (US$900 millones en 2007); Grupo Aval (US$1.900 millones en 2010); y Davivienda (US$801 millones en 2012). Toda esta experiencia ratifica que "la bancarización no se da a la brava" (controlando las tarifas de los servicios), sino adoptando una regulación que promueva la información y la competencia, con un adecuado marco prudencial

Sergio Clavijo

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