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Analistas 30/07/2017

El índice de costos bancarios Anif (Icba) a junio de 2017

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

Es importante evitar hacer eco del populismo crediticio, so pena de limitar la llegada de jugadores Bancarios

Recientemente, el Congreso de Colombia ha venido dando muestra del poco entendimiento que tiene sobre la forma en que operan los mercados financieros a nivel global. Liderados por el senador Barguil, allí se han venido discutiendo (una vez más) cambios regulatorios que buscan: i) imponer a la fuerza reducciones en los costos transaccionales al establecer “topes” en sus comisiones; ii) obligar a prestar servicios bancarios adicionales o de forma gratuita; y iii) reducir a la fuerza la tasa de usura (manipulando su forma de cálculo).

Estas medidas apuntan todas en la dirección errada y estarían borrando los beneficios probados en materia de inclusión financiera del período 2010-2017, precisamente tras haberse abierto una mayor “holgura” en la tasa de usura y propiciado una mayor competencia bancaria. Gracias a esto último, el mercado formal ha podido acomodar riesgos financieros que estaban hasta hace poco en el mercado agiotista del gota-a-gota, pagando tasas anuales efectivas superiores al 300%, en vez del 30% que se paga en el mercado legal. Más aún, diversos bancos (motu proprio) han venido liderando recompras de cartera a tasas más bajas y reduciendo a veces a cero sus comisiones, precisamente para expandir sus negocios y así aprovechar lasconocidas “economías de escalaalcance”, las cuales redundan en comisiones más competitivas.

En este frente de costos bancarios, Anif apoyó en su momento legislaciones como la Ley 1555 de 2012, tendiente a beneficiar al consumidor financiero a través de permitir los prepagos de todo tipo de cartera y sin castigo alguno. Con ello se extendía lo actuado mediante la Ley 546 de 1999 (del frente hipotecario) a todos los consumidores de créditos financieros. Sin embargo, también aclaramos que ello conllevaría mayores costos crediticios ex ante para los consumidores, dado que los bancos tendrían que recalcular los riesgos de dichos prepagos, costos de los cuales algunos legisladores aún no se han percatado.

Con el fin de continuar aportando a este complejo debate de costos, con cifras en la mano, hemos actualizado nuestro Índice de Costos Bancarios Anif (ICBA). Cabe recordar que dicho ICBA ya ha cumplido una década de vida, nutriéndose de información oficial publicada por la Superintendencia Financiera (SF).

Este tipo de análisis ha venido siendo complementado por Asobancaria (2010), con su Índice de Precios de los Productos Financieros (IPPF), y por el Informe de Evolución de las Tarifas de los Servicios Financieros de la SF (2012). También cabe recordar que la SF, siguiendo la Ley 1430 de 2010, diseñó el Índice de Precios al Consumidor Financiero (IPCF). La principal diferencia entre el IPPF (de Asobancaria), el IPCF (de la SF) y el ICBA (de Anif) radica en: i) las diferentes metodologías de ponderación de costos; y ii) en que el ICBA incluye no solo los costos, sino también los beneficios que obtienen los cuentahabientes al utilizar los servicios financieros. En este sentido, el ICBA va más allá de un simple índice de costos financieros (pues lo que refleja es un neto entre beneficios y costos).

Principales mensajes del ICBA-2017

Al corte de mayo de 2017, el IPPF de Asobancaria exhibía desaceleraciones en dichos costos bancarios hacia niveles del 3% anual (vs. el 4,5% de un año atrás). El mismo índice del Dane referente a servicios financieros reportaba tendencias similares, al expandirse al 4,5% anual en junio (vs. 5,2% un año atrás), consistente con la convergencia inflacionaria del IPC total hacia niveles cercanos al 4% anual (vs. 8,6% un año atrás). Por su parte, el IPCF de la SF mostraba expansiones del 4,1% anual a diciembre de 2016 (última información disponible), desacelerándose frente al 6.5% registrado en 2015.

A pesar de estas tendencias en reducciones en costos bancarios, es claro que persisten desafíos en inclusión financiera. Por ejemplo, aún se tiene un 22% de la población adulta sin atender (al menos con un producto financiero), según el informe de la Banca de las Oportunidades al corte de marzo de 2017. Sería lamentable que el Congreso cediera en 2017-2018 a los cantos populistas de la “sobrerregulación” (antes explicados), después de haber avanzado en frentes tan importantes como: i) las garantías mobiliarias (Ley 1676 de 2013); y ii) la “licencia financiera simplificada” que habilitó a las Sociedades Especializadas en Depósitos y Pagos Electrónicos-SEDPES (Ley 1735 de 2014), ver Enfoque No. 86 de abril de 2015.

Como veremos, nuestro ICBA arroja señales encontradas, pues se observa: i) un aumento en el costo de las transacciones por internet (en pagos a terceros y en transferencias a otras entidades); pero ii) desaceleraciones en los costos de las tarjetas de crédito (haladas por la política monetaria más laxa de diciembre 2016-julio 2017) y en las cuentas de ahorro. Todavía está pendiente la tarea de realizar cómputos de canastas de servicios que separen los costos de los clientes de los no-clientes para tener un mejor entendimiento de la estructura de dichos costos financieros.

Tarjetas de crédito

El ICBA de tarjetas de crédito está conformado por la cuota de manejo mensual promedio (ajustando por la periodicidad del cobro) y el pago de intereses. Este último valor se presenta bajo dos modalidades (suponiendo pleno uso del cupo): $1 millón y $10 millones. Así, la suma de los dos elementos arroja el costo total para cada cupo y a partir de allí se crea el índice, donde abril de 2006=100.

El comportamiento de este índice ha tenido varias etapas. En la primera etapa (octubre 2006- junio 2007), el crecimiento del ICBA de tarjetas de crédito fue inferior al del IPC. Durante 2007-2008, los costos para tarjetas con cupo de $10 millones (caso B) se incrementaron por encima de los de $1 millón (caso A), coincidiendo con un Banco de la República (BR) que elevó su tasa de interés. En 2009 y principios de 2010, el BR redujo su tasa en 700pb. Sin embargo, en 2011 e inicios de 2012 la volvió a incrementar en 225pb, lo cual aumentó nuevamente dichos costos financieros. Posteriormente, la desaceleración local-internacional y la disminución de la inflación llevaron al BR a adoptar una política monetaria expansiva (primero recortando su tasa en 200pb durante julio 2012-marzo 2013 y, luego, manteniéndola inalterada hasta marzo de 2014), ejerciendo presiones a la baja sobre los mencionados costos. Dicha tendencia descendente registró leves correcciones por cuenta de los incrementos de 125pb en la repo-central del BR durante abril-agosto de 2014, los cuales estuvieron motivados por los síntomas de recalentamiento local. Durante septiembre 2015-julio 2016, el BR incrementó su tasa repo en 300pb, debido al repunte de la inflación como consecuencia del marcado pass-through cambiario y los problemas climáticos asociados al Fenómeno de El Niño.

Sin embargo, el pobre desempeño de la economía local (creciendo a ritmos del 1.1% durante el primer trimestre de 2017), y aprovechando la reducción de la inflación hacia el 3.99% anual en junio de 2017 (vs. 8.60% un año atrás), indujo al BR a disminuir su tasa en 225pb durante diciembre 2016-julio 2017, ubicándola en un 5.5%.

De esta manera, los costos de las tarjetas de crédito han estado dominados por la postura monetaria del BR. Aun así, los incrementos evidenciados en la tasa repo durante 2016 (+125pb) todavía no han sido contrarrestados totalmente por la reciente “laxitud” monetaria (-225pb). De hecho, al corte de junio de 2017, el índice de costos de tarjetas de crédito aún crecía al 5.4% anual en el caso A (aunque desacelerándose frente al 18% de un año atrás) y a ritmos del 5% en el caso B (vs. 6%).

Banca por internet

La banca por internet permite reducir los costos transaccionales, pero a dicho instrumento no le podemos atribuir un rendimiento financiero explícito. Aquí contemplamos tres servicios (con costo): transferencias a cuentas en otras entidades, pagos de cartera y pagos a terceros. Suponemos que nuestro “agente representativo” utiliza estos servicios cuatro veces al mes. En el gráfico 2 se observa que estos costos vía internet han seguido una tendencia creciente desde 2006. Más recientemente, se ha observado algo de volatilidad en dichos costos, observándose algunas contracciones puntuales durante inicios de 2017, pero aceleraciones a tasas del +10.3% anual al corte de junio de 2017 (vs. -18.7% al cierre de 2016). Ello se explica por efectos encontrados provenientes de incrementosen las transferencias a cuentas de otras entidades (+11.4% anual, continuando como el producto más costoso dentro del cálculo) y reducciones en los pagos a terceros (-4.6%).

Cuentas de ahorro

Aquí contemplamos dos “agentes representativos”: uno que mantiene un saldo mensual promedio de $1 millón en su cuenta (caso A) y otro con uno de $4 millones (caso B). Ambos enfrentan un cobro de cuota de manejo y también incluimos la suscripción de una cuenta de débitos automáticos. Supondremos que los individuos utilizan semanalmente un volante de su talonario (4 al mes) para retirar por ventanilla, pese a la disminución en el uso de este producto. Según la Banca de las Oportunidades (2017), la cuenta de ahorros es el instrumento más utilizado (72% de la población adulta tenía este producto al corte de marzo de 2017).

Los gráficos 3 y 4 ilustran el comportamiento de los costos de las cuentas de ahorro durante junio 2007-junio 2017. Nótese que, en ambos casos, los costos asociados a dichas cuentas tuvieron una tendencia creciente durante junio 2007-agosto 2010. A partir de allí, esta dinámica se revirtió, arrojando crecimientos anuales inferiores a la inflación durante 2011-2012. Desde finales de 2012, dichos costos se habían venido incrementando nuevamente, pero a partir de marzo de 2017 han comenzado a descender.

De acuerdo con la información publicada por la SF (que contempla los datos reportados solo por algunos bancos), los costos por débito automático aumentaron un 7% anual en junio de 2017, por cuenta de un incremento en las tarifas de este servicio en varias entidades bancarias. En el caso de la cuota de administración, sus costos decrecieron un -12.2% anual en el mes de análisis, debido a que algunos bancos disminuyeron el cobro de este servicio durante junio de 2017. Por su parte, el cobro por el servicio de talonario creció un +13.8% anual, al igual que el de retiro por ventanilla que se expandió un +14.4%. Este índice de costos netos aumentó más para los individuos tipo B (6.7% anual a junio de 2017 vs. 15.1% en diciembre de 2016) que para los tipo A (5.5% vs. 12.2%).

Como es sabido, las firmas vienen induciendo el uso de las cuentas de ahorro como instrumento transaccional, pues a través de ellas se paga el grueso de las nóminas salariales. Allí se obvia el cobro de la cuota de manejo para el usuario, gracias al acuerdo entre las firmas y el banco del caso. Al corte de junio de 2017, los costos de dichas cuentas crecieron un 13.5% anual para los individuos tipo A (vs. 13.9% en diciembre de 2016) y un 18.1% para los tipo B (vs. 18.9%).

Conclusiones

Nuestro ICBA reporta que el índice de costos de las tarjetas de crédito desaceleró su crecimiento por cuenta de las disminuciones en las tasas de interés. Así, este índice exhibió crecimientos entre el 5% y el 5.4% anual al corte de junio de 2017, como consecuencia de la política monetaria más laxa del período diciembre 2016-julio 2017 (totalizando disminuciones en la tasa repo por 225pb, situándola en el 5.5%).

El índice de costos de las cuentas de ahorro también muestra desaceleraciones hacia el rango 5.5%-6.7% (vs. 12.2%-15.1%, según el tipo de agente), lo cual se explica principalmente por los decrecimientos de la cuota de administración (-12.2% anual en junio de 2017), debido a que algunos bancos disminuyeron y eliminaron el cobro de este servicio durante el último año dada la alta competencia existente en el sistema financiero. Ello a pesar del incremento del 7% en el cobro por débito automático.

En el caso de las transacciones por internet, se observan incrementos del +10.3% anual a junio de 2017 (vs. -18.7% al cierre de 2016). Ello se explica por efectos encontrados provenientes de incrementos en las transferencias a cuentas de otras entidades (+11.4% anual, continuando como el producto más costoso dentro del cálculo) y reducciones en los pagos a terceros (-4.6%).

En síntesis, el ICBA arroja señales encontradas, pues se observa: i) un aumento en el costo de las transacciones por internet (en pagos a terceros y en transferencias a otras entidades); pero ii) desaceleraciones en los costos de las tarjetas de crédito (haladas por la política monetaria más laxa de diciembre 2016-julio 2017) y las cuentas de ahorro. Este comportamiento refleja una saludable competencia al interior del sistema financiero que ha fomentado la inclusión financiera del país en los últimos años. Todo lo anterior resalta la importancia de evitar hacer eco del populismo crediticio que se viene escuchando en el Congreso, so pena de limitar la posible entrada de nuevos jugadores bancarios y, por lo tanto, retroceder en términos de competitividad bancaria.

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