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Analistas 03/04/2023

Conflicto Ucrania-Rusia: ¿Y qué culpa tiene Tchaikovski?

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

La historia militar de Rusia nos recuerda que el héroe de “La Guerra y la Paz” de Tolstoi era Mikhail Kutuzov, quien había participado en las confrontaciones de 1805 contra el imperio Otomano. Allí quedó consignada su valentía y ascenso en la línea de comando (ver A. Zamoyski 2023 “The Russian Way of War” Project Syndicate).

Pero está mucho menos clara la “sabiduría militar” de Kutuzov en la derrota de Napoleón, en la crucial batalla de 1812, la cual tendría profundas implicaciones en la geografía de Europa. La historia reciente da a entender que la idea original de Alexander I, apoyada por Kutuzov, era enfrentar a Napoleón buscando alianzas con Polonia y Alemania. Napoleón golpeó rápido y, al no encontrar oposición, terminó sobre-extendiendo y debilitando sus ejércitos.

Si la estrategia de Kutusov se hubiera implementado, Napoleón habría triunfado al duplicar en número al ejercito ruso. Pero lo que hizo el ejercito de Rusia, sin mucho sentido estratégico, fue intentar una fallida contención (en Borodino, siendo derrotados) y huir hacia Moscú. Al llegar allí Napoleón esperaba apertrecharse, pero la encontró sin abastecimientos. El Zar Ruso permaneció resguardado en San Petersburgo y sin ofrecerle rendición.

El analista militar Clausewitz, quien había estado en Borodino, relata la errada pasividad de Kutuzov en dicho conflicto y la paradoja de la gloria que este recibiría al retirarse Napoleón y emprender su penoso regreso a París (derrotado).

En el conflicto Ucrania-Rusia hemos tenido relatos de múltiples fallas estratégicas (nuevamente) por parte del ejercito de Rusia. El problema es que hoy Rusia cuenta con la amenaza nuclear, cuyo eventual uso ratificaría el fracaso de la diplomacia global y del manejo de guerra-convencional. Lo que sí ha quedado claro es la barbarie usada por los estamentos de Rusia, tal como los aplicó Stalin durante “la purga interna” de 1938-1950.

Y recientemente Putin ha recurrido a la invención de que la invasión de Ucrania era la única forma en que “el pueblo ruso” lograría evitar una invasión a manos de Occidente sobre la propia Rusia. En los sondeos de febrero 2023 (tras un año de la invasión), los rusos responden mayoritariamente estar de acuerdo con “la guerra defensiva” de Putin (... seguramente son respuestas manipuladas ante el temor de ser acusados de “traición”); esto último los llevaría a condenas tipo “Archipiélago Gulag”, denunciadas por el Premio Nobel de Literatura Alexander Solzhenitsin en 1960.

Y al constatar estos horrores de guerra de Rusia (incluyendo los de la primera guerra 1917-1921 y la segunda guerra mundial 1939-1945) uno se pregunta si la creación de grandeza imperial-musical de los cinco grandes compositores rusos ha tenido influencia (o mas bien reflejan) esta psiquis de guerra. ¿Qué estarán pensando Tchaikovski, Mussorsky, Rimsky-Korsakov, Borodin y Cui?

Tomemos el caso de la genial obertura de 1812 de Tchaikovski (con sus 32 compases de gran-finale) y entonces no es difícil imaginar que en las huestes militares del ejército ruso se formen con esa idea imperialista de grandeza que data de Pedro el Grande. Algo similar podríamos concluir de la grandeza inspirada por Borodin y Rimsky “en las Puertas de Kiev”, por cierto hoy evocadas por Putin al subrayar la importancia de volver sobre esas raíces que “el propio Dios” les ha impregnado a su sufrido pueblo. The Economist analizó recientemente cómo esa grandeza imperial se extiende a los Jerarcas de la Iglesia Ortodoxa para reforzar ante “el pueblo” la idea de que todo esto forma parte del “ser Ruso” y de su mandato imperial. Pero, igualmente, uno podría invocar la belleza-sonora de Borodin en sus “estepas rusas” y concluir que esas melodías solo pueden estar invitando es a la paz y la cordialidad humana. Luego Putin debe dejar de culpar a sus músicos de esta horrible guerra.

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