.
Analistas 17/02/2019

¿Cómo vamos en productividad y qué hacer para mejorarla?

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

Bajo crecimiento y productividad estancada.

Recientemente se han elaborado múltiples análisis sobre las principales causas de la desaceleración económica de América Latina durante 2014-2018. Infortunadamente, esos diagnósticos conducen una y otra vez a repetir fórmulas que no se logran implementar. Por esta razón, luce poco probable que la región acelere su crecimiento hacia 4% anual durante 2019-2020, dado el lastre que ha representado mantener crecimientos tan pobres como de 0,5% anual durante este último quinquenio.

Infortunadamente, las perspectivas socioeconómicas de América Latina para 2019-2020 son de preocupante estancamiento. En efecto, tras crecimientos de solo 1,3% anual en 2017-2018, el grueso de los analistas pronostica cifras cercanas a 2% para 2019-2020.

Dado este panorama, resulta entonces importante pasar revista a los diagnósticos que se han dado sobre la postración de ese crecimiento. También se trata de entender por qué la productividad multifactorial (PTF) de la región ha venido contribuyendo de manera negativa a dicho crecimiento (-0,5% anual promedio) y por qué ella representa apenas un 40% de la PTF observada en Estados Unidos durante la última década.

¿Cómo construir instituciones en América Latina que permitan operar bajo el “imperio de la Ley”?

La mayoría de los análisis de las multilaterales se quedan en repetir que “las instituciones mandan” a la hora de buscar la fórmula diferenciadora del mayor crecimiento. Sin embargo, poco-nada se elabora sobre la forma en que se “construyen esas instituciones”; la misma falla que hemos venido anotando en los casos de Acemoglu y Robinson.

El punto es que los mismos diagnósticos de las multilaterales no son concluyentes en cuanto al rol de las instituciones en la productividad. Por ejemplo, la CAF (2018, págs. 26 y 32) reporta el contraste entre un Chile con buenos desempeños institucionales (0,78 promedio sobre un máximo de 1) y una Colombia con pobres desempeños institucionales (0,46). Por ello, uno esperaría que esa fuera una de las principales explicaciones sobre el mal desempeño en la productividad de Colombia frente a Chile (entre otros factores). Pero resulta que, pese a que la PTF es cerca de un 26% mayor en Chile que en Colombia, en ambos países se tiene que la brecha en ingreso per cápita con respecto a Estados Unidos se explica en un 80% por la baja PTF. Luego, ambos países tienen un grave problema de productividad relativo a su PIB per cápita.

Curiosamente, nuestros resultados indican que dicha contribución a la brecha en ingreso per cápita sí resultó significativamente menor en Chile que en Colombia. En otras palabras, existen muchos otros factores en juego, más allá de lo meramente institucional, los cuales no son apropiadamente explicados por las multilaterales.

¿Cómo dotar de mejor infraestructura a la región?

Asimismo, se ha ganado conciencia sobre el hecho de que en América Latina la geografía también importa… y mucho. De allí la necesidad de mejorar la dotación de infraestructura en la región. Sin embargo, los reportes del Banco Mundial y la CAF no enfatizan suficientemente en este tema, pues dan a entender que se ha ganado mucho en productividad de “puertas para adentro” de las fábricas y que los factores “exógenos” importarían mucho menos.

Según esos reportes, existe un problema de medición de la productividad agregada. Por esta razón, las multilaterales se enfocan en descender al nivel de los sectores y de los productos, para averiguar cómo influyen los factores micro-específicos. Si bien ese ejercicio aporta elementos valiosos al involucrar temas de innovación y de ganancias en competitividad (que es en últimas el objeto de esos reportes), es crucial saber si, por ejemplo, los costos de fletes continúan siendo una gran limitante a la hora de exportar (como suponemos que ocurre particularmente en Colombia).

¿Cómo aprovechar los TLCs para diversificar las exportaciones?

Los reportes del Banco Mundial y de la CAF sugieren realizar una especie de “checklist” para saber si América Latina se ha estado moviendo en la dirección pro-innovación, base de las ganancias en productividad. El problema es que cuando se hace ese listado, uno encuentra que casi todo ello se ha intentado hacer durante las dos últimas décadas y, sin embargo, tenemos esos retrocesos en crecimiento y estancamiento en productividad (según lo arriba comentado).

Por ejemplo, se aprobaron múltiples TLCs; se avanzó en materia aeroportuaria; se agilizaron los procesos anti-regulación. Empero, América Latina continúa volcada sobre exportaciones de commodities, con poca innovación y expuestos a la alta volatilidad de los términos de intercambio. Los reportes continúan hablando de la importancia de los clusters productivos, pero ellos son casi inexistentes en la región.

En síntesis, consideramos que los diagnósticos de baja productividad y bajo crecimiento de América Latina requieren menos “academicismos” y más enfoques prácticos sobre sus determinantes.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA