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Comentábamos hace poco cómo, en el más reciente Reporte de Competitividad Global (RCG) del Foro Económico Mundial de 2017-2018, Colombia se mantuvo estancado en calificaciones de 62/100 (deteriorando su ranking relativo de la posición 57 hacia la 60 entre 140 países). Ello implica que Colombia continúa rezagada en estos temas clave de competitividad frente a pares de la Alianza del Pacífico (AP) como Chile (posición 33) y México (46), y solo supera marginalmente a Perú (63).
Bajo su nueva metodología, el RCG analiza el desempeño de doce “pilares”, agregados en cuatro grandes componentes: i) ambiente de negocios; ii) capital humano; iii) mercados; y iv) innovación. El retroceso de la posición de Colombia en dicho RCG-2018 obedeció a deterioros en los frentes de capital humano (puesto 51 en 2018 vs. 49 en 2017) e innovación (60 vs. 53). Ello primó sobre la mejora marginal del componente de mercados (45 vs. 46) y el estancamiento en el rubro de ambiente de negocios (72). Veamos esto con algún detalle.
El mencionado deterioro en el subíndice de capital humano (puesto 51 en 2018 vs. 49 en 2017) fue explicado principalmente por descensos en el pilar de habilidades/educación (puntaje de 59,8 en 2018 vs. 60 en 2017). En particular, allí pesaron los pobres puntajes en las categorías de calidad del entrenamiento-vocacional (56,7 en 2018 vs. 56,9 en 2017), la razón de estudiantes por profesor en la educación primaria (64,4 vs. 65,5) y las habilidades digitales (47,6 vs. 49,3), poniendo en evidencia los serios retos en materia de profundización digital y calidad de la educación en Colombia. Todo esto implica que continuamos con el consabido rezago educacional frente a Chile (posición 33; puntaje 81,1/100) y Perú (43; 75,5) pero, sorprendentemente, superamos a México (71; 70,2).
Otro factor de preocupación en el RCG-2018 proviene de la pobre capacidad innovadora del empresariado, perdiendo Colombia siete posiciones en el ranking de innovación (60 en 2018 vs. 53 un año atrás). Ello se explica por pobres registros en los rubros de “firmas que acogen ideas disruptivas” (39,3/100 en 2018 vs. 39,5 en 2017), resaltando la urgencia de que el gobierno aterrice la “nebulosa idea” de la economía-naranja mediante medidas claras de incrementos en gasto en investigación-desarrollo (lo cual evidentemente no se solucionará con convertir a Colciencias en Ministerio). Así, en este componente de innovación, Colombia presenta evidentes rezagos frente a Chile (posición 47; puntaje 52,8/100) y México (43; 54,1), y solo supera a Perú (93; 43,2). En contraste, el componente de “mercados” presentó un leve repunte de una posición (puesto 45 en 2018 vs. 46 en 2017), anclado principalmente en mejoras relativas en el nivel de ingreso per-cápita (ajustado por PPA) frente a la media regional y a reducciones en las “distorsiones-tributarias”.
Paradójicamente, esos elementos fueron suficientes para compensar las debilidades en los indicadores clave de: i) mercado laboral, donde también se tendrán deterioros prospectivos, dado el escalamiento del desempleo a tasas promedio de 9,7% en 2018 vs. 9,4% en 2017; y ii) del sector financiero, en línea con el deterioro del ciclo crediticio de 2017-2018. A pesar de esas mejoras, todavía nos sobrepasan en estos rubros de “mercado”, Chile (posición 24; puntaje 68,6/100) y México (40; 63,3). Por último, el componente de “ambiente de negocios” se mantuvo inalterado en la posición 72/100 en dicha lectura RCG-2018. Ello obedeció a efectos encontrados referentes a: i) en la parte positiva, mejores desempeños institucionales (50,3, principalmente por reducción en la tasa de homicidios hacia 25/100.000 habitantes vs. el 33 pre-negociaciones con las Farc) y de “estabilidad-macroeconómica” (87,3, dada la convergencia inflacionaria hacia el rango meta del Banco de la República, después de tres años de incumplimientos); y ii) en la parte negativa, los consabidos lastres en el pilar de infraestructura (63/100), implicando sobrecostos de transporte tan elevados como 50% vs. pares de la AP. A pesar de mantenerse inalterado, preocupa el rezago en este subíndice de “mercados” de Colombia frente a los pares de Chile (37), México (53) y Perú (64).
En síntesis, el RCG 2017-2018 evidenció persistentes rezagos de Colombia en competitividad, deteriorando su posición desde el puesto 57 al 60 (de una muestra de 140 países). Preocupa que los frentes de mayor deterioro provengan de rubros clave como la educación e innovación, sumándose a los evidentes lastres del llamado “Costo Colombia” en los temas de sobrecostos de transporte, laborales y energéticos. Infortunadamente, la Administración Duque pareciera no encarar frontalmente dichas problemáticas, repitiendo los errores de la Administración Santos al pensar que la “locomotora” de la ciencia-tecnología-educación se “prendería” con el solo deseo de llegar a ser “los más educados de América Latina”. Prevalece la falta de focalización en aplicar los pocos recursos existentes (incluyendo los de las regalías) a los problemas prioritarios de infraestructura con impacto nacional y de educación básica de calidad. La Administración Duque luce más proclive a los expedientes fáciles de crear más ministerios, en medio de serias dificultades fiscales, que en centrarse en los problemas de fondo.
