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Analistas 05/06/2013

Aprovechando la “Repatriación” industrial

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes
La República Más
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Es sabido que en los países desarrollados se ha venido presentando un proceso de desindustrialización de carácter secular, resultado de su éxito económico. Gracias a la industrialización de décadas atrás, por ejemplo, el ingreso per-cápita de los estadounidenses resultaba cerca de 5.2 veces superior al promedio de América Latina.  Dicho diferencial del ingreso llevó a que, en la década de los años noventa, una buena parte de las firmas manufactureras de los Estados Unidos se trasladaran hacia México y Centroamérica, aprovechando el menor Costo Laboral Unitario (CLU) de estos países. 

 
Con el surgimiento de China, durante las dos últimas décadas, se ha presentado una segunda racha de movimientos “off-shoring”, ahondando la desindustrialización de los países desarrollados. Sin embargo, los países desarrollados habían logrado “defender” parcialmente sus industrias moviéndose hacia la producción de bienes altamente tecnológicos y, al mismo tiempo, expandiendo la prestación de servicios especializados. La crisis 2007-2013 les ha puesto una nueva prueba de renovación tecnológica, que parecerían estar superando (especialmente Estados Unidos y Alemania), aunque los casos de Francia, España e Italia lucen mucho más complicados.
 
Por ejemplo, durante 2003-2012, los empresarios del mundo desarrollado estimaban que el envío de producción manufacturera hacia el exterior había pasado del 40% al 67%. ¿Qué tanto ha estado aprovechando Colombia ese “off-shoring” manufacturero del mundo desarrollado hacia mercados emergentes? 
 
Nuestras cifras de Inversión Extranjera Directa (IED) nos indican que nuestro aprovechamiento no ha crecido, pues la IED destinada hacia el sector manufacturero colombiano se ha estancado en promedio en US$1.200 millones por año. Dicho de otra manera, no se notan en Colombia numerosos proyectos industriales “cero kilómetros” (green field invesment), como ha ocurrido en Asia o en algunos casos de Centro América.  Esto debido al elevado “Costo Colombia” que ahora busca combatir, con buen tino, la Administración Santos. 
 
El problema para Colombia es que los TLCs nos han llegado tarde, pues el mundo desarrollado ya ha entrado en la “Tercera Revolución Industrial” y ahora debemos enfrentarnos a la “repatriación” de las industrias hacia el mundo desarrollado, aprovechando el alza de costos en China y la sofisticada producción industrial robótica.
 
Así, Colombia puede quedarse por fuera de este nuevo patrón de localización industrial, especialmente si no agilizamos nuestra “agenda interna” en materia de reducir los CLU, como sí lo han hecho México y Costa Rica. En efecto, el éxito costarricense radicó en ingresar a algunas cadenas globales de productos tecnológicos manufacturados (el caso Intel que naciera en 1998). 
 
Según Reyes (2008 “El Caso de Intel en Costa Rica”), dicho éxito se debió a: i) liderazgo gubernamental; ii) focalización en buena educación tecnológica y bilingüe; y iii) desarrollo de adecuada infraestructura vial y portuaria. Tras 15 años, ese tipo de proyectos ha logrado incrementar el aporte manufacturero en 5% del PIB, con clara orientación exportadora. En la actualidad cerca de 400 firmas del sector de electrónica-eléctrica exportan a 90 países. Con lo cual, las externalidades positivas del líder (Intel) se han transmitido a las pequeñas firmas, lo que les ha permitido conquistar los mercados externos. 
 
Colombia también cuenta con algunos sectores que podrían replicar dicha experiencia, tales como equipos de transporte, de telecomunicaciones, aparatos médicos, maquinaria y equipo, entre otros.  Sin embargo, hasta la fecha el país no ha logrado atraer proyectos cero kilómetros con tecnología de punta; continuamos excesivamente recargados en la exportación de commodities (un 75% del total exportado).  Es indispensable montar una adecuada estrategia de reducción de los CLUs y de dotación de infraestructura, en lo cual seguimos con bastante letargo. Por ejemplo, el CLU de Colombia se ha deteriorado en casi 33 puntos básicos respecto de los Estados Unidos en años recientes.

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